miércoles, 18 de marzo de 2020

En la Turquía de Erdogan





Este es el segundo libro que escribe esta joven, nació en 1985, editora y columnista francesa que estuvo en el equipo de Charlie Hebdo de 2008 a 2013.
En uno de los fragmentos de diferentes críticas hechas en Francia que la editorial ha recogido en la solapa  se la compara por su honestidad y el uso del “yo” con Emmanuel Carrère y creo que, efectivamente, tiene algunos puntos en común con el gran escritor también francés.
El surco es un libro muy comprometido y combativo con la causa de los armenios, los kurdos y, sobre todo, con los que aspiran a que Turquía sea una democracia y un país donde se respeten los derechos humanos.
La protagonista, cuyo nombre no se da en ningún momento, pero que es claramente la propia Manteau, tiene una complicada historia de amor por la situación y el carácter de su pareja de la que apenas aporta información (tampoco se conoce su nombre). No obstante, esta es una parte bastante irrelevante del libro más allá de las consecuencias que pueda tener sobre su protagonista. El tema principal lo constituye la situación de Turquía que nos es mostrada a través de dos líneas argumentales: por un lado, los recorridos que hace la protagonista por Estambul y sus encuentros con diferentes grupos de amigos, recorridos por los que también conocemos aspectos de la vida cotidiana y, por otro lado, por la investigación que hace sobre Hart Dink, el periodista armenio asesinado en 2007, creador y director de la revista Agos, palabra que significa precisamente surco.
El libro está construido a través de fragmentos y escenas, pero sin que se pierda la unidad del conjunto. Y sobre el estilo dice Gladys Marivat en Lire, según aparece en la solapa, que es “a la vez depurado y líricamente denso, junto con la descripción comprometida y profunda de nuestra época, mezclando realidad y ficción sin caer en la egolatría (…)”
Como decía antes, es un libro muy combativo y en ese sentido es enormemente crítico con el gobierno turco, pero también con Francia y con la Unión Europea, en este caso específicamente por el acuerdo sobre los refugiados.
De todas formas, cuando termino el libro lo hago con la sensación de no haber captado, por mi gran desconocimiento de la realidad turca, todo lo que la autora nos quiere transmitir y tampoco haber entendido todo lo que nos cuenta. Al mismo tiempo, sin embargo, lo termino también con la sensación de haber leído una buena historia y de estar ante una escritora  que tiene muchas cosas que decir.
Son bastantes los fragmentos que se podrían reproducir. Solo reproduciré uno que me parece especialmente interesante porque ayuda a comprender algo que desde fuera resulta raro para un tipo de posición política:

“Nunca he tenido ocasión de averiguar más sobre el movimiento de los objetores de conciencia en Turquía, y sin embargo sé que en este país, donde la tradición democrática se confunde (para desesperación de los verdaderos demócratas) con el culto al ejército, los movimientos antimilitaristas son uno de los puntos en común de los progresistas.” (p. 140)

Unas páginas antes ha escrito sobre “los pequeños kemal”, los hijos de la clase media laica que han mamado la cultura europea y que son un grupo muy minoritario.
Un libro no solo interesante, sino también emocionante en muchos momentos. Esperemos que la editorial se anime a traducir su primer libro.

Valérie Manteau, El surco. Traducción Isabel Margelí.


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