martes, 7 de octubre de 2014

Otra vez corta pero intensa




 
Si hace unos días hacía un comentario bastante negativo de la autobiografía de juventud de Schnitzler, hoy vuelvo a rendirme a la evidencia de que como creador es muy bueno. En esta novela, escrita en 1900, saca petróleo de una historia no muy original, pero contándola de una manera especial. Tiene este autor la facultad de ser capaz de profundizar muy bien en la personalidad de sus protagonistas. Aquí lo hace con esa señora Garlan, joven viuda que habita en una provincia no muy alejada de Viena. Sus emociones, sentimientos y pensamientos son el núcleo de una novela en la que se cuenta su intento de recuperar un gran amor de juventud.
La anécdota que da pie a la obra es lo de menos, lo relevante es lo bien que está contada y también lo bien que describe los estados de ánimo de la protagonista. Asimismo, hay un par de secundarios que están muy bien tratados. No obstante, es cierto, como se dice en un interesantecomentario sobre la obra, que el final está poco logrado.
Otra novela corta pero intensa como comentaba de su Doctor Graesler,  y también como esta muy recomendable.
 
Arthur Schnitzler, La señora Berta Garlan

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