lunes, 20 de abril de 2015

Carta al padre



 
No soy un gran conocedor de la obra de Kafka. Hace muchos años leí La metamorfosis y más adelante El proceso. Ambas las recuerdo vagamente y solo los elementos fundamentales. Digo esto porque he leído en un par de sitios que esta Carta al padre explica mucho de la obra posterior del autor e incluso, en la Introducción a esta edición, se habla de que prueba su posible complejo de Edipo.
Bien, nada de esto me importa ni me preocupa tras la lectura de este documento en lo que tenga de realidad y no de ficción literaria que, seguramente, de todo habrá. El interés me lo ha despertado como padre de un niño de cinco años. Evidentemente, la educación actual y la idea de la paternidad ha cambiado mucho desde la época de Kafka, principios del siglo XX. De hecho, creo que la mayoría de los jóvenes de aquellos años podría decir cosas muy similares a las que afirma nuestro autor y quejarse igual de amargamente de ellas. Sin embargo, creo que hay algunas afirmaciones que se podría aplicar a cualquier época y son esas las que más me han llamado la atención y hecho reflexionar.
En cualquier caso se trata de una páginas muy interesantes, duras unas veces y muy sensibles otras, y desde luego sin desperdicio a pesar de su extensión, 100 páginas, para ser simplemente una carta. Eso sí, en muchos momentos me ha impresionado la sinceridad del autor.
Hay un buen comentario y muy completo  en el siguiente enlace.
 De entre la multitud de frases que se podrían entresacar del libro, pondré algunas de las que me han parecido más significativas.
 
“(…) esa sensación de nulidad…es un producto múltiple de tu influjo.” (p.26)
 
“Ya me sentía reducido por tu aspecto físico.” (p.27)
 
“A todo esto correspondía luego tu supremacía espiritual.” (p.28)
 
“…perdí la costumbre de hablar.” (p.36)
 
“Siempre me reprochabas…que gracias a tu trabajo yo vivía sin privación alguna.” (p.47)
 
“El posterior resultado más inmediatamente aparente de toda mi educación, fue que yo huyera de todo lo que te recordase aun de lejos.” (p.50)
 
"Además, tú siempre tenías objeciones abiertamente o en secreto, contra cualquiera con quien yo me relacionara.” (p.64)
 
“Tu total falta de estimación por mi nuevo judaísmo era muy exagerada (…)
 
Más acertada fue tu antipatía contra el hecho de que yo escribiera…” (p.72)
 
“Mis escritos trataban de ti, no hacía más que depositar en ellos los lamentos que no podía depositar en tu pecho.” (p73)
 
Franz Kafka, Carta al padre

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