jueves, 30 de agosto de 2018

ANDAMIO


Un verano plagado de buenas series y poquísimo cine. Además,  tres de las cuatro películas las he visto por acompañar a mi hijo de ocho años. Hay alguna película más que tiene interés pero habrá que verla este invierno.


Películas

El mejor verano de mi vida. Es raro que vea una película española, pero es que me lo pidió mi hijo. Comedia entretenida con algunos buenos gags. Es una versión de una reciente película italiana.

Mamma mia. Ofrece más o menos lo que se espera aunque solo tiene dos o tres buenos números. En todo caso resulta entretenida salvo los primeros veinte minutos en los que hay uno de los mayores errores de casting que he visto en la elección del novio de la protagonista.

Buenos vecinos. Si hace poco comentaba en otra entrada la primera serie islandesa que veía, hoy lo hago con la que, creo, es la primera película que veo de ese país. Se trata de una buena comedia negra que resulta por ello especialmente dramática. A pesar de lo que pueden parecer exageraciones, en el fondo resulta todo bastante verosímil. Interesante.

Los futbolisimos. A mi hijo y su amigo les gustó y ya está, suficiente. Está más o menos lograda y al menos no chirría.


Series

The Americans. Sexta y última temporada de esta serie estadounidense que he visto desde el principio. La anterior temporada bajó bastante en interés, pero los guionistas han sido capaces de remontar y ofrecer unos capítulos muy conseguidos y un final acorde con cómo ha sido el desarrollo de la serie. El conjunto de la serie me ha gustado y entretenido. Ha sido una de las mejores de los últimos años. Magnífica ambientación y buenas interpretaciones.

El cuento de la criada. Al terminar la primera temporada y leer inmediatamente después la novela no pensé que hubiera continuación. Error, la ha habido y, además, los guionistas han conseguido que sea tan desasosegante o más que la anterior, aún más feminista y que la religión salga al menos tan malparada. Magnífica, pues, con algunos episodios realmente terribles y con una ambientación muy lograda para la historia que se cuenta. Habrá seguramente una tercera porque el final, lo peor de la serie, así lo deja previsto.

Wild, wild, Country. Magnífica miniserie documental estadounidense de seis capítulos. Cuenta el proceso de construcción y posterior desaparición de una comuna en un pueblo de Oregón por parte de un gurú indio y sus seguidores en la primera mitad de los años ochenta del siglo pasado. Utiliza muy buenas imágenes de archivo y un conjunto de entrevistas a habitantes del pueblo, miembros de la comuna y fiscales y policías que intervinieron en el proceso contra el gurú y algunos seguidores, con la técnica de ir mostrando los temas y los problemas poco a poco creando expectación. Muy entretenida e instructiva.

Innocent. Otra buena miniserie policiaca británica. Un guion muy bien trabajado y unas interpretaciones en la línea habitual en los actores de las islas. Recuerda bastante a otra gran serie como Broadchurch incluso en la elección del lugar en el que se desarrolla.

Kiri. Y después de una miniserie policiaca británica, otra igual de buena, pero al mismo tiempo muy diferente lo que demuestra los buenos creadores y guionistas que tienen. En esta además de la historia policial hay bastante de crítica de los servicios sociales y, en el fondo, de la situación social. También hay muchos aspectos de relaciones familiares.

Doctor Foster. Miniserie británica en dos temporadas de cinco episodios cada una. Drama por todo lo alto a partir del engaño del marido de la Dra. Foster. La primera temporada está bastante bien y con el final que tiene podría haber sido la única, pero los guionistas se han sacado de la manga una continuación que aunque en algunos momentos está bien, en otros peca de exagerada y pierde interés.

Fauda. Serie israelí sobre un grupo antiterrorista adscrito al Ministerio de Defensa y su búsqueda de un dirigente palestino. Obviamente, al tratarse de una serie de esa nacionalidad, carga las tintas sobre el terrorismo palestino, pero no exime de críticas a la actuación de los israelíes y, desde luego, destaca por lo bien hecha que está.

Safe. Otra miniserie británica aunque el creador y productor es estadounidense lo mismo que Michael Hall, el actor protagonista. No demasiado interesante e incluso aburrida a ratos por culpa del guion y de una historia que tampoco tiene demasiados atractivos a pesar de un buen inicio. Además, el protagonista resulta bastante cansino y repetitivo en sus gestos. Nada que ver con las otras series que aparecen en esta entrada.

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