domingo, 19 de agosto de 2018

Una Piñeiro algo diferente




Sigo con la obra de Piñeiro de una forma bien desordenada. Aunque tenía ya otra pendiente, compré esta en el viaje de vacaciones y la he leído antes a pesar de ser posterior. Sinceramente, creo que no importa hacerlo así con las novelas de esta autora porque son independientes en todo.
En este caso se trata de una novela muy distinta a las que había leído porque no es un thriller ni una novela policíaca aunque sí tenga un cierto suspense y, desde luego, lo que sí tiene en común con las otras es la buena escritura y la gran capacidad narrativa de esta magnífica escritora argentina.
La novela cuenta una historia que llega al lector gracias a la perfecta gradación que hace Piñeiro de los hechos y, sobre todo, de los sentimientos de la protagonista.
A mí, en particular, me ha llegado más por dos razones: por un lado, al tener un hijo de seis años me identifico mucho con cosas que pasan y con las emociones que suscitan y, por otro lado, en los ocho viajes que he hecho a Argentina, mi residencia estaba en Temperley, una localidad al sur del conurbano bonaerense en el que se desarrolla la novela,  en la casa de una pareja de amigos que, además, eran profesores de secundaria y creo que incluso él daba clases en el colegio inglés, si bien no lo he podido confirmar aún.
En todo caso al margen de lo personal, la novela está muy conseguida (quizá el final sea un tanto forzado aunque verosímil dentro de la historia narrada); los personajes son creíbles como también lo son las reacciones humanas que los hechos provocan; trata temas muy cotidianos con un enfoque muy normal sin psicologismos forzados y es capaz de provocar en el lector emociones parecidas a las que tiene la protagonista.
Un libro recomendable como todos los que he leído hasta ahora de una escritora de la que, por suerte y no pequeña, aún me quedan varios libros por leer.
Hay una buena reseña de Ascensión Rivas en elcultural.com y una interesante entrevista con la agencia EFE en eldiario.es.


Claudia Piñeiro, Una suerte pequeña.

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