lunes, 22 de octubre de 2018

Más relatos o cuentos de Chukri




Mohamed Chukri es uno de esos escritores de los que cuando veo un libro nuevo en una librería me lanzo sobre él y lo compro sin ni siquiera mirar la contraportada. Desde El pan a secas he ido leyendo todo lo que publicaba la, por otro lado magnífica, editorial Cabaret Voltaire y he disfrutado de la mayoría de lo leído. Precisamente ha sido la anterior publicación de sus cuentos, El loco de las rosas, el que menos me ha gustado.
Pues bien, algo parecido me sucede con esta nueva recopilación en la que se recogen relatos escritos entre 1967 y 1986 y se publican por orden cronológico.
Como dice Sergio Barce en su interesante Prólogo:

“(…) Mohamed Chukri vuelve a los asuntos que más le importan, a los problemas con los que se identifica, y ninguno de ellos es baladí.
(…)
La prostitución, los malos tratos, el alcoholismo, los niños de la noche, y dice lo indecible rompiendo las reglas preestablecidas.” (p. 13)

Efectivamente es así aunque creo que la prostitución y el alcoholismo predominan al estar presentes en la mayoría de los textos. Los primeros relatos, no sé si por su construcción o por qué otra razón, no me han llegado y los he leído un poco por encima. Sin embargo, a partir más o menos de la mitad del libro, sí encuentro al Chukri más reconocible el que como se dice muy bien en el mencionado Prólogo:

“Escribe como siente, sin artificios, sin comedimiento, dándole dentelladas a la vida. Escribe como piensa, o piensa como escribe, y las ideas de estos relatos se desparraman en párrafos suicidas.
(…)
En La jaima, en fin, los habituales de Mohamed Chukri reconocerán de inmediato su estilo directo y su nada complaciente visión de la vida. Todo un emocionante reencuentro.” (p 17 y 18)

Quizá matizaría que ha sido, precisamente, la falta de emoción en muchos momentos lo que me ha defraudado un tanto de esta recopilación. Hay momentos magníficos, espléndidas conversaciones, tensiones larvadas  y otras explícitas, pero son eso, momentos, pues el conjunto adolece de demasiadas diferencias. Evidentemente esto puede deberse al largo período de tiempo que abarca su escritura teniendo en cuenta, además, que estamos ante un escritor que aprendió a leer y escribir a los veinte años, es decir, a mediados de los años cincuenta.
En cualquier caso es un libro recomendable porque no hay demasiados escritores con su capacidad expresiva. Eso sí, para conocer de verdad al autor y disfrutar de su lectura, lo mejor es leer su trilogía autobiográfica.

Mohamed Chukri, La jaima. Traducción Rajae Boumediane El Metni

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