viernes, 16 de agosto de 2019

La literatura del boom


Este es uno de esos libros que resultan muy interesantes en algunos capítulos, pero que, por diversas razones, hay otros que no lo son o quizá puede ser también que no me he terminado de enterar bien de lo analizado por el autor.
Se recogen a los largo de sus diez capítulos diferentes ensayos sobre la relación entre la literatura del boom y la Guerra Fría centrada sobre todo en la relación con la revolución cubana.
Tras un primer capítulo en el que analiza el concepto de revolución en Octavio Paz escrito bastante antes del boom y que se refiere casi en exclusiva a la mexicana, en los que van del II al VII se centra principal pero no únicamente en la relación entre la obra y las actuaciones públicas de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, José Donoso y Jorge Edwards. En los tres últimos se centra en los escritores cubanos José Lizama Lima, Guillermo Cabrera Infante y Severo Sarduy, aunque en el caso de estos tres se dedica más a analizar su obra que a reflejar otros aspectos.
Como se ve por la nómina mencionada el libro tiene que ser necesariamente interesante. Además, se centra mucho en el análisis de las repercusiones de sus debates en las revistas más importantes de la época: Casa de las Américas, Marcha, Mundo Nuevo o Libres entre otras.
El problema para alguien como yo es que al centrarse en el período 1959-1972 y en las novelas publicadas en esos años, aunque la mayoría las he leído, el recuerdo que tengo es tremendamente vago o inexistente con lo que me he perdido gran parte de las referencias. Eso sí, como también utiliza mucho la correspondencia entre los escritores, que por cierto, curiosamente está depositada en la Biblioteca de la Universidad de Princeton, se conocen relaciones muy interesantes entre ellos.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que, a medida que veía los debates y la evolución política de sus protagonistas, todo me resultaba por un lado conocido, pero por otra parte muy envejecido o pasado de moda. Hoy no puedo imaginarme nada ni remotamente parecido, ahora los temas, cuando surge alguno que despierta algún interés entre los escritores,  se despachan con una par de columnas en un medio diario y unos cuantos tuits.
En cualquier caso hay cosas muy interesantes como: la idea de Fuentes de la revolución mexicana como seña de identidad; ver la evolución de Vargas Llosa respecto a la revolución cubana o el apoyo de García Márquez a pesar de su rechazo al autoritarismo y la falta de libertad de expresión en la isla o la reflexión de Cortázar sobre el papel del intelectual con respecto a Cuba.
En definitiva, en esos capítulos hay muchas cosas de interés incluso para un lector como yo. Sin embargo, los tres dedicados a los escritores cubanos me han parecido hechos más para especialistas a lo que colabora también que no he leído ninguno de los textos analizados.
He apreciado algunas redundancias que me hacen pensar en que, aunque no se diga, se trata en parte al menos de artículos escritos para diferentes publicaciones y ahora reunidos.
Resulta especialmente recomendable para lectores aficionados a la literatura del boom y, desde luego, para críticos literarios y estudiosos en general. Para un lector meramente aficionado como yo me parece demasiado especializado, aunque siempre da gusto leer algo bien escrito que hable de literatura.

Rafael Rojas, La polis literaria.

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