martes, 3 de noviembre de 2020

Otro magnífico periodista

 

Hasta este libro desconocía a Reparaz; a partir de ahora me comprometo a seguirlo de cerca. Es un periodista de la estirpe de Mikel Ayestaran y Xavier Aldekoa, es decir, gente joven, comprometida con aquellos sobre los que escriben, con gran facilidad para narrar las historias y, por encima de todo, con una gran sensibilidad para captar el sufrimiento humano.

Reparaz ha escrito un extenso texto sobre algunos aspectos de la realidad de los Estados Unidos centrándose fundamentalmente en el racismo y la gran división que se ha producido, y lo sigue haciendo, entre los blancos y el resto de la población.

En muchos momentos me ha recordado a El color de la justicia, el espléndido libro en el que Michelle Alexander explica con todo tipo de datos y gran precisión, no en balde se trata de una abogada, cómo se ha llegado a esta situación y, sobre todo, cómo no se trata de una casualidad. Reparaz no entra lógicamente en los problemas jurídicos sino en los aspectos sociales.

El libro está dividido en cuatro capítulos. Hay una Introducción, El viaje, en la que hace un resumen del planteamiento del racismo tal como está y funciona hoy.

El segundo, Baltimore, lo inicia con el asesinato en 2015 de un negro, Freddie Gray, por la policía. A partir de ahí va tratando diferentes temas siempre con una referencia al tema central Así, describe lo que supuso en su día el Café Society; explica lo que él llama  El Gran Arácnido; narra los episodios de limpieza étnica que tuvieron lugar en 1919 con Woodrow Wilson de presidente; y recoge las críticas que se hacen a la equidistancia de Obama.

En el tercero, Trumpistán, no habla solo ni siquiera principalmente del presidente aunque sí plantea si se trata de alguien racista. Es un capítulo curioso porque en él hay bastante espacio dedicado a temas como: la corrupción del partido demócrata que trabajó para favorecer a Hillary Clinton en su enfrentamiento con Bernie Sanders; la comparación entre la llegada al poder de Nixon y la de Trump; la línea que se continúa de MacCarthy a Hoover y Roy Cohn (antiguo asesor de D. Trump con gran influencia en cómo es y piensa hoy); y sobre todo el extenso espacio que dedica a gente tan interesante como Bob Dylan, Pete Seeger y Woody Guthrie.

La tercera parte, Charlottesville, vuelve a estar centrada en un suceso violento como fue el atropello que perpetró en 2017 un supremacista blanco lanzando su coche contra una manifestación. A partir de ese hecho dedica bastante espacio a hablar sobre el supremacismo blanco, el orgullo sureño y los grupos paramilitares que se han ido creando; también de los Antifa surgidos para contrarrestar a los anteriores; de la separación de los niños en la frontera e incluye también  una corta pero jugosa reflexión sobre el periodismo. En este capítulo quiero destacar la magnífica recreación tanto del atentado como del juicio posterior al causante del mismo; son dos relatos con una técnica algo distinta al resto del libro y en la que demuestra grandes dotes para narrar creando una tensión que atrapa al lector.

Reproduzco dos fragmentos que me parece que sintetizan muy bien dos de las ideas del libro:

“Mosby llegó a la misma conclusión a la que han llegado miles de abogados a favor de los derechos civiles desde antes de la lucha contra la segregación: el sistema de justicia en Estados Unidos está blindado. Es un búnker de hormigón armado construido por y para la supremacía blanca en el que no hay resquicios legales posibles. Protegidos dentro de ese búnker, los miembros de los cuerpos policiales son intocables”. (p. 149-150) (Mosby es la fiscal del caso de asesinato de un negro que, finalmente, retiró los cargos contra los policías). 

"En pleno siglo XXI, los medios –en su calidad de creadores de opinión- siguen teniendo una responsabilidad crucial en hacer algo aceptable o condenable para la mayoría. La narrativa siempre acaba imponiéndose a los hechos, en términos lakoffianos, al crear marcos y metáforas fácilmente comprensibles para todos

.(…)

Lo que menos importa es si esos marcos se ajustan a la realidad. Porque la realidad tiende a ser demasiado complicada, llena de matices y contradicciones. Por eso los medios –no todos, aunque cada vez son más los que se deslizan por esta senda- simplifican el mensaje, renunciando a explicar la complejidad, “dando las claves más importantes” en unos pocos caracteres o en clips de veinte segundos”. (p. 270) (Viene a cuento porque Trump afirmaba que “también hay buena gente” entre los supremacistas blancos después del atentado de Charlottesville).

En fin, un libro tremendamente interesante y que cuesta trabajo dejar de leer porque en cada página hay buenas informaciones. Además, está muy bien escrito. Sin duda será uno de mis libros del año. Solo le pondría un pero: no siempre están claras las fechas de los sucesos (al menos yo he tenido algún problema).

Hay una interesante entrevista de Javier Biosca con el autor en eldiario.es.

Me acabo de dar cuenta de que precisamente hoy son las elecciones en USA, esas elecciones en las que, aunque no tengamos derecho al voto, tanto nos jugamos; esta vez seguramente mucho más que en otras. Si gana Trump la extrema derecha tanto allí como aquí en Europa va a aumentar mucho su fuerza. Si pierde, con lo que he visto en el libro sobre la organización del supremacismo, nadie sabe qué puede pasar.

Mikel Reparaz, Las grietas de América. Bajo la piel de un país dividido.

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario