Barrett es un autor desgraciadamente poco prolífico.
Hasta ahora dos libros de relatos muy distanciados en el tiempo y esta su
primera novela. Los relatos los comenté en su día y me gustaron mucho. Hoy le
toca a la novela.
La editorial ha situado muy bien el libro en su
colección al margen porque todos sus personajes viven de alguna manera en
esos márgenes.
La historia es muy sencilla: dos “matones” de un jefe
de la droga secuestran al hermano pequeño de un distribuidor que no ha pagado
su deuda. El secuestrado es recluido en la casa de un familiar de los matones,
Dev, verdadero protagonista de la novela y quizá el mejor construido en una
obra que brilla precisamente por eso, la gran creación de personajes tanto
protagonistas como secundarios.
Quien quiera más información sobre los personajes
puede leer la buena reseña de Marta Marne en elperiodico.com.
Realmente lo que hace de Barrett un escritor
interesante es, aparte de esa buena creación de personajes, la facilidad que
tiene para que estos hablen a partir de unos diálogos rápidos, pero al mismo
tiempo intensos y en los que quedan muy bien reflejadas las diferentes formas
de ser.
También es interesante de qué manera, realmente
imperceptible, de repente Barrett cuenta cosas del pasado de alguno de los
personajes sin que se resienta la narración.
Además, como sucede en los relatos, el lugar en el que
se desarrolla la historia también tiene su importancia. Esa Irlanda rural que
no ofrece demasiadas oportunidades.
En fin, una novela recomendable de un escritor al que
hay que estar atentos porque promete seguir ofreciendo buenos textos.
Colin Barrett, Casas de locos. Traducción
Magdalena Palmer.
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