miércoles, 18 de enero de 2017

Buen inicio de una trilogía



Con esta autora me ha sucedido algo que suele ser bastante habitual en mi caso: descubro a un autor por su última obra y luego voy leyendo con un cierto orden sus anteriores escritos. El año pasado fue el caso de Patrick Deville y este año va a ser el de O’Brien, de la que en diciembre leí Las sillitas rojas y ahora su primera novela publicada en 1960, es decir, cincuenta años antes que la mencionada.
O`Brien escribió esta novela con veintitantos años, pero tiene una escritura bastante hecha, bastante consistente. Transcurre en los años cincuenta del siglo pasado y cuenta la historia de dos chicas de un pueblo de Irlanda que pasarán por un internado en una ciudad pequeña, para terminar viviendo, una estudiando y otra trabajando, en Dublín. Nos muestra así la vida en diferentes ambientes aunque en todos ellos hay algunos elementos comunes que la autora critica de una forma más o menos abierta o explícita como puedan ser: la dureza de las condiciones de vida, el papel de la religión, el sometimiento de la mujer, el maltrato en el mundo de la familia o la bebida de los jóvenes entre otros.
Si todo esto puede resultar interesante e incluso para un español de la época, como es mi caso, más por las comparaciones que se pueden hacer con la situación de un país también muy atrasado en cuestiones de mentalidades y de moral, lo mejor de la novela, lo verdaderamente relevante es la magnífica escritura de que hace gala O`Brien con la que logra algo que me parece lo más difícil de conseguir, que el lector vaya entrando en la historia casi sin darse cuenta porque esta le va como envolviendo. Todo lo que les sucede a las protagonistas, y a unos espléndidos personajes secundarios, lo hace de una forma pausada, sin grandes alteraciones, de una forma yo me atrevería a calificar de natural.
Como se afirma en el blog lalibreriadejavier.com:  

“Lo primero que salta a la vista de esta deliciosa novela Las chicas de campo es la frescura de su escritura. Una obra luminosa escrita con una sencillez apabullante y que cautiva al lector al primer momento.”

En fin, un libro absolutamente recomendable porque se disfruta mucho leyéndolo y, además, da origen a una trilogía que promete seguir los pasos de este primer volumen.
En algunos momentos me ha recordado, por sus temas y estilo,  a Carmen Martín Gaite,  otra gran escritora 
Hay una completa reseña en devoradoradelibros.com y una interesante entrevista de Lola Galán con la autora en elpais.com.



Edna O’Brien, Las chicas del campo. Traducción de Regina López Muñoz

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