viernes, 27 de diciembre de 2019

“Gracias a todos”: Nuevas citas XXV



Hace ya siete años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se tercia, tal y como hice en el libro.


Vejez

                
                                                                         
Vivir más para sufrir más. Nadie encuentra alivio en los últimos años de la vida, que son siempre amargos, o, en el mejor de los casos, inanes: amargura que se añade a la amargura, o inanidad, demencia, que, al fin y al cabo, quizás sea lo mejor .
Rafael Chirbes, Crematorio


“… a cierta edad esperar cuesta gran trabajo…”
Dino Buzzati citado en
Lucien Jerphagnon, Elogio del pesimismo. Cualquier tiempo pasado fue mejor


“Muchos son los inconvenientes que acosan al (que es) viejo…; intratable y gruñón, es dado a alabar el tiempo pasado, cuando él era niño, y a corregir y censurar a los jóvenes.”
Horacio citado en
Lucien Jerphagnon, Elogio del pesimismo. Cualquier tiempo pasado fue mejor


“Soy demasiado mayor como para no haber aprendido a dudar.”
Talleyrand citado en
Lucien Jerphagnon, Elogio del pesimismo. Cualquier tiempo pasado fue mejor


““¡Prolóngame la vida, Júpiter, concédeme muchos años!”. Esto es lo único que imploras… ¡Pero qué males terribles e incesantes padece una vejez dilatada!...Uno anda mal del hombro, otro de los riñones, y un tercero, del muslo. Aquél perdió los dos ojos y siente envidia de los bizcos…”
Juvenal citado en
Lucien Jerphagnon, Elogio del pesimismo. Cualquier tiempo pasado fue mejor, (p.84)


Si hubiera sabido que iba a vivir tanto tiempo, me habría cuidado más.
Eubie Blake a los 92 años en
F.Bianchi y P.Pitacco, 101 microlecciones de jazz


-A lo mejor vives cien años.
-Espero que no, la verdad –replicó asustada-, me gustaría morirme en un estado más o menos presentable.
Kirsten Thorup, La pequeña Jonna


Antes, la ancianidad se valoraba, incluso se reverenciaba y se le atribuía sabiduría, mientras que ahora impera el miedo ante el descubrimiento que hiciera el doctor Alois Alzheimer en 1901. Por ello, responder a la simple pregunta “¿cómo le va?” resulta cada vez más complicado.
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes


Antonio había elaborado una teoría que establecía que, a partir de los sesenta y cinco años, aproximadamente, con algunas variaciones según los casos, los hombres sufrían un cambio drástico e irremediable: dejaban de ser un peligro para las mujeres.
(…)
_¡Y entonces comienzan a mirarte como a un tipo inofensivo!¡Como a alguien que ya no puede hacerles nada! –Antonio alzaba la voz, exasperado-. ¡Dejas de ser un tigre y pasas a ser un conejito, coño! ¿Entiendes eso? ¡Es la vejez! ¡Es lo peor de la vejez!
Alberto Barrera Tyszka, Patria o muerte


En general, cabe afirmar que cuando uno se hace viejo adquiere una relación más complicada con la realidad cotidiana, lo que parece en desacuerdo con lo que debería ser.
Richard Ford, Francamente, Frank


Ya casi a los setenta, pensó, un mal presagio es como un disparo. A esa edad, ya no hay plazos. Ya todo será siempre presente.
Alberto Barrera Tyszka, La enfermedad


Envejecer calma a todo el mundo, sobre todo a los pretenciosos, pues la proximidad de la muerte los vuelve modestos: han encontrado algo más fuerte que ellos.
Frédéric Beigbeder, Oona y Salinger


En un mundo ideal un joven no debería ser irónico. A esa edad, la ironía impide el crecimiento, atrofia la imaginación. Lo mejor es empezar la vida con un estado mental alegre y abierto, creyendo en los demás, siendo optimista, franco con todo el mundo en todo. Y después, cuando llegas a entender mejor las cosas y a las personas, desarrollar un sentido de la ironía. La progresión natural de la vida humana va del optimismo al pesimismo, y un sentido de la ironía ayuda a atenuar el pesimismo, ayuda a producir equilibrio, armonía.
Julian Barnes, El ruido del tiempo


¿Virgen santa!¡Apenas le quedaban dos años para ser un sesentón!
A partir de aquel momento, no subiría en ningún tipo de transporte público, por miedo a que algún crío, al verlo, se levantara y le cediera el asiento. Luego recapacitó: podía seguir yendo en transporte público tranquilamente, porque lo de ceder el asiento a los ancianos era una costumbre que ya no se estilaba.
Andrea Camilleri, Una voz en la noche


A veces me veo el cuerpo desnudo en el espejo y siento compasión por él. ¡Hay que ver todo lo que ha vivido, lo que se ha esforzado y ha bregado! No siento autocompasión; eso sería despreciable. No es compasión por mí, sino por mi cuerpo. O por la decadencia en general.
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera


Hacerse viejo para, por fin, ver el mundo es una tremenda tontería. También es una tontería hacerse viejo para participar en la historia del mundo o para ver crecer a los nietos. ¿Y para qué ponerse a leer un libro  cuando se sabe que no se podrá leer hasta el final, sino que a la mitad habrá que cerrarlo y ponerlo a un lado?
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera


Le ocurre a menudo, pero en su propio despecho: relee algo que escribió meses atrás, y cada palabra vuelve a ser nueva. Peor aún: ni siquiera recuerda haber escrito ese texto. Es una de las ventajas de la edad. Olvidar. Una cosa vieja puede parecer nueva incluso al día siguiente.
 Herman Koch, Estimado señor M.


La edad adulta nos resarce de los inconvenientes de la juventud, pero de la vejez no hay salida.
Imre Kertész, La última posada


(…) la vejez es una etapa de la vida en que las velas del pastel de cumpleaños cuestan más que el pastel mismo y la mitad de toda tu orina va al laboratorio.
Svetlana Aleksiévich, El fin del “Homo sovieticus


Me contó que tenía noventa y siete años. “¿Sabe, joven? La gente me dice: ”No me gustaría vivir tanto tiempo, tener noventa y siete años”. Pero todos cambian de opinión en cuanto cumplen noventa y seis”, me dijo.
Benjamin Black, Las sombras de Quirke


“Cuerpo hostil”, luego “adverso”, “sufriente·, “enemigo” y, por último, “condenado”: las etapas se suceden inexorablemente hasta la muerte. Dan fe de la hegemonía que el cuerpo, el cuerpo en decadencia, ejerce sobre el espíritu. Siempre podemos tranquilizarnos, como han hecho tantas civilizaciones, considerando al anciano como el individuo más sabio de la sociedad, lo que no impide que su supuesta sabiduría choque contra los límites de un cuerpo disfuncional, que le causa más penas que alegrías, más amargura que placer. El ser humano solo es un ser en paz durante una veintena, digamos que una treintena de años en la actualidad. Antes, y sobre todo después, lucha.
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya


He leído en algún sitio que los cincuenta son la vejez de la juventud y los sesenta son la juventud de la vejez
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya


-¿No te da asco envejecer? La idea de que la carne se afloje, de que seremos cada vez más débiles y blandos, cada vez menos dueños de nosotros mismos.
-Basta con aceptarlo.
-Sí, pero es horrendo. A mí me da miedo.
Giorgio Fotana, Por ley superior


Los viejos hambrientos poseen cuerpos que ya no funcionan, que solo gastan comida, como los coches que queman aceite; coches de alto consumo y bajo rendimiento.
Así son los viejos, alto consumo y bajo rendimiento. Eso es envejecer.
Manuel Vilas, Ordesa


El envejecimiento es nuestro futuro. Lo disfrazamos con palabras como “dignidad”, “serenidad”, “honestidad”, “sabiduría”, pero cualquier anciano renunciaría a esas palabras con tal de que le quitaras cinco años de encima, o incluso cinco meses.
Manuel Vilas, Ordesa


La muerte que temes se llama vejez. En tu inconsciente suena un mensaje que te aterra: “Estás acabado.” Tu vida anterior ha terminado, entras en una fase que tarde o temprano te llevará a ser dependiente.
Ramón Lobo, El día que murió Kapuscinski


Nada daña más nuestra felicidad, decía, que el recuerdo de nuestra felicidad. No estoy segura de si es verdad. ¿A qué edad lo escribió? A veces los viejos sólo somos felices recordando. Por eso terminamos escondiendo los peores recuerdos debajo de la alfombra. Al fin y al cabo, hay una sola cosa segura. Que este presente, esta edad mía, es la única de mi vida que no veré con distancia. No voy a poder acordarme de ahora.
Andrés Neuman, Fractura


“Yo, a mi edad, más que una persona soy un período histórico.”
(Palabras de la bisabuela del autor.)
Andrés Neuman,  Una vez Argentina


La vejez se convierte en una visión progresivamente incómoda para sus testigos, un futuro contagioso al que no conviene acercarse demasiado.”
Andrés Neuman,  Una vez Argentina


Continúa el mismo concepto con el que acabé la entrega anterior. Ya decía que no debe de ser casual que este tenga tantas citas ya que empecé esta continuación del libro con 63 años y, mejor o peor llevada, la edad marca lo suyo a estas alturas de la vida.
Demasiado dura la de Chirbes con la que, por suerte, no me identifico.
Como dice Buzzati, a mí cada vez me cuesta más esperar; es como si fuese con prisas a todo.
Las citas del Elogio del pesimismo son muy adecuadas.
Cien años vivió mi madre y siempre he dicho que no quería esa herencia, por eso me gusta la de Thorup. De todas formas, ya veremos cuando llegue el momento, si llega.
Alzheimer, ¡qué horrible palabra! (Lo siento por el doctor, pero creo que muchos le odiamos).
Tiene gracia el diálogo de Barrera, pero no creo que sea lo peor de la vejez ni de lejos.
Pues yo, a pesar de lo que dice Barnes, soy bastante irónico, pero también bastante pesimista.
Aunque, como dice Camilleri, no se estile mucho ceder el asiento a mí, que siempre suelo ir de pide en el autobús, desde hace un tiempo me lo han cedido varias veces y, lo reconozco, la primera vez jode un rato.
Yo procuro no hacer lo que dice Schlink sobre el espejo.
A lo de Black acabo de contestar más arriba.
Me encanta lo de “periodo histórico” de Neuman.

En algún momento he hecho alusión a mi pesimismo. Ahora, al terminar de leer y comentar las citas, me doy cuenta de que la inmensa mayoría son negativas con lo que queda demostrada esa afirmación. Sin embargo, en lo cotidiano no lo veo todo tan negro. Seguramente se debe a estar enamorado y tener un hijo de diez años.

1 comentario:

  1. Pues qué decir, realmente no es lo que más me apetece comentar en estos días, y pienso que te pasa un poco como a tu admirado Cioran, que a pesar de tus deprimentes citas, luego estaís tan contentos. No sé si es que la cabeza va por un lado y los sentimientos por otro, pero bueno, algunos comentarios.
    Como no podía ser de otra manera, muchas citas son de hombres y para hombres, bueno lo de muchas...
    También resulta confuso a qué llamamos vejez o de la que se habla en la mayoría de las citas, pues parece ser los 90 o cuando se esté muy mal. Sin embargo otras parecen referirse al comienzo del deterioro físico, y eso ya sería en los 50.
    Respecto a lo de que te cedan el asiento, a mí me parece de justicia,me parece alucinante ir de pie y gente a la que llevas décadas sentada.
    Pienso que la de B. Black es muy cierta si se está bien, o incluso si no. Creo que una persona atea tiene que estar muy mal para renunciar a lo único que sabe que tiene y tendrá.
    La 1ª de Claudel me parece una exageración ¿sólo 20 o 30 años?
    Las demás me parecen demasiado deprimentes para comentarlas, yo soy incapaz de esa distancia intelectual.

    ResponderEliminar