martes, 14 de abril de 2020

Un clásico ruso del siglo XX



Lo primero que llama la atención es que se trate de la primera traducción directa del ruso a partir de la edición fijada por el hijo del autor. Un libro tan conocido por sí mismo y también, por qué no decirlo, por la famosa versión cinematográfica que se hizo en los años sesenta, es muy raro que no haya tenido hasta el 2010 una traducción directa de su versión original. En todo caso, bienvenida sea sobre todo si, como es el caso, se le encarga a una de las mejores traductoras del ruso que existen en la actualidad.
Pasternak dividió la novela en dos libros y cada libro en siete partes el primero y diez el segundo. El primer libro abarca el período que va desde 1903 hasta el triunfo de la revolución más o menos. En él conocemos a los dos protagonistas por separado y diferentes momentos de sus vidas: El matrimonio de Yura, el doctor, con Tonia,  y el de Lara con Pasha de los que saldrán un hijo y una hija respectivamente. Finaliza con el larguísimo viaje en tren de la familia Zhivago huyendo de la miseria que padecen en Moscú. El segundo libro se desarrolla casi exclusivamente más allá de los Urales, en pueblos de Siberia y en el contexto de la guerra civil entre rojos y blancos. Yura será apresado y actuará como médico entre los partisanos refugiados en el bosque. Enfermo es liberado y será Lara quien lo cuide y con la que mantendrá, al fin, una relación.
Este podría ser un resumen muy sucinto de los principales momentos de la historia, pero esta es mucho más porque a lo largo de todo el libro van apareciendo como  telón de fondo o como protagonistas los sucesos políticos que convirtieron a Rusia en un país distinto. A través de ellos Pasternak va mostrando su posición y cómo esta fue variando según se iba desarrollando el proceso desde una postura más o menos favorable, hasta otra claramente crítica con el poder que se estaba consolidando.
Un buen ejemplo serían estos fragmentos:

”Por lo que he podido observar, cada instauración de este joven poder pasa por varias etapas. Al principio fue el triunfo de la razón, el espíritu crítico, la lucha contra los prejuicios.
Después llega el segundo período: Predominan las fuerzas oscuras de “los que se adhieren”, de los falsos simpatizantes. Crecen las sospechas, las delaciones, las intrigas, el odio.” (p. 550)

“Pero de las garras del antiguo régimen cayó bajo el yugo aún más opresivo del superestado revolucionario. Por eso el campo se agita y no encuentra paz en ninguna parte.” (p. 303)


Y sobre los enfrentamientos de la guerra civil:


“La barbarie de blancos y rojos rivalizaba en crueldad, incrementándose ora de una parte, ora de la otra, como reacción recíproca.” (p. 504)

Yo no hablaría de un libro estrictamente político, pero sí de un libro en el que los sucesos históricos juegan un importante papel a través de lo que dicen y viven sus dos protagonistas, pero también de la aparición de un conjunto de personajes que reflejan las diferentes formas de entender la revolución. Personajes muy relevantes en la historia aunque a veces aparezcan poco en la novela.
Tenía verdadero interés desde hace tiempo en leer este libro. Recordaba vagamente la película que me pareció en su día bastante pastelón, pero que me lo está pareciendo menos ahora que estoy volviendo a verla. A pesar de ese interés, me costó bastante entrar en la historia. Hasta pasadas más o menos las 100 primeras páginas tuve dudas sobre si continuar; por un lado me costaba seguir a los personajes (es muy de agradecer la lista de nombres recogida al final sin la cual no hubiese sido capaz de enterarme) y, por otro lado, me costaba seguir la escritura de Pasternak por sus excesivas descripciones y un lirismo de la naturaleza que no terminaba de pillar.
Sin embargo, poco a poco me fui metiendo en la historia y, sobre todo en el segundo libro, y he terminado disfrutando mucho de la lectura. Reconozco que lo que más me ha gustado es la parte más melodramática, que será seguramente la que menos me guste de la película. Creo que en ella Pasternak se deja llevar más por sus sentimientos y construye muy bien algunas escenas.
Desde luego se entiende muy bien que fuese un libro prohibido en su día en la URSS y también su éxito en occidente. No sé si es un libro para obtener el premio Nobel, a mí me gustó infinitamente más Vida y destino de Grossman, pero sí que es un buen libro de lectura para el gran público.
Una magnífica traducción, como siempre tratándose de Rebón, con las notas justas y necesarias para ayudar a un mejor comprensión del texto. Una lástima que en la de la página 644 se haya colado un “onceavo” patriarca que tanto daño hace a la vista. En este caso ha contado con la colaboración de Ferran Mateo para la traducción de los poemas.
Un libro que creo que hay que leer aunque solo sea por lo que significó a mediados del siglo pasado.
Hay una larga y muy completa reseña de ChristopherDomínguez Michael en letraslibres.com.

Borís Pasternak, Doctor Zhivago. Traducción Marta Rebón. Traducción de los poemas Marta Rebón y Ferran Mateo.

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