He leído pocos libros del
autor a pesar de que esta editorial ha publicado bastantes. Los dos que he
leído me interesaron por su tema: El niño del pijama de rayas y Las
huellas del silencio (este centrado en los abusos a menores en la Iglesia).
El que ahora comento
también me llamó la atención por su tema ya que, como se dice en la
contraportada, está “ambientada en el mundo editorial” y tiene como
protagonista a un escritor dispuesto a lo que sea para llegar a ser novelista.
La novela cuenta, narrada
por él mismo en primera persona salvo una de sus partes que la narra su mujer,
el ascenso de Maurice Swift hasta convertirse en un novelista de éxito. Para
ello utilizará todo tipo de medios tanto lícitos como ilícitos. En más de una
crítica se le compara con el Tom Ripley de tantas novelas de Patricia
Highsmith, pero creo que le falta mucho a Boyne para que así sea.
El libro se divide en
tres partes con dos Interludios lo que le permite al autor hacer unas elipsis
que están bien seleccionadas y que le sirven para hacer avanzar la historia con
cierta rapidez. Hay que tener en cuenta que se inicia con un Maurice muy joven
y termina siendo ya una persona mayor.
El libro es tremendamente
entretenido. Boyne es un narrador
muy experimentado y sabe contar muy bien la historia, de forma que cuando el
lector se queda un poco descolocado enseguida le da las claves para que vuelva
a seguir bien la trama. Eso sí, no estamos ante un tipo de literatura de esa
que gusta releer algunas frases por lo bien construidas que están. No, se trata
de una literatura más cercana a la de un best-seller, literatura para
leer deprisa, con muchos diálogos y un par de personajes realmente odiosos.
John Boyne, Una
escalera hacia el cielo. Traducción Eduardo Hojman.
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