jueves, 18 de febrero de 2021

Una buena escritora noruega


Me gusta leer libros procedentes de diferentes lugares porque en ellos se pueden encontrar distintas formas de ver el mundo y maneras de analizar la realidad. En este caso es una novelista noruega, para mí desconocida hasta ahora, la encargada de hacerlo.

El libro se vende como una cierta crítica del estado del bienestar de los países nórdicos y creo que no es del todo así. En una reseña bastante desfavorable para la novela, lo que no comparto, sí que se apunta algo con lo que estoy muy de acuerdo:

“Porque la novela funciona bien como análisis psicosocial de una generación adulta cuyos logros vitales no satisfacen sus necesidades cada vez menos materiales y más emocionales”. (Enleeresvivirdosveces.com)

 Esto es, aunque hay algunos elementos críticos sobre el estado del bienestar de los que más adelante dejaré algún ejemplo, creo que lo que cuenta la protagonista puede suceder en cualquier país sobre todo si tiene un cierto nivel de desarrollo económico.

La protagonista y narradora, Elin, es una doctora de medicina general con una situación matrimonial poco gratificante que, casi por casualidad, entra en contacto a través de Facebook con un antiguo novio que se convertirá en su amante. Así pues, estamos ante algo que ya hemos leído en otras novelas y visto en muchas películas. La gracia de la novela es lo bien que Lykke cuenta la historia y también cómo abre el foco a otros aspectos. En este sentido, todo lo que cuenta Elin sobre las relaciones con sus pacientes resultan no solo interesantes sino muy reales, como también lo es la narración de sus dos relaciones mencionadas. Un tema que no sale demasiado, pero que cuando lo hace la novela alcanza gran intensidad, es el de la relación de la protagonista con su madre. Para mí es lo más conseguido de la obra y lo que, seguramente, ayude a entender algunos de los comportamientos de la protagonista.

Introduce también un elemento novedoso: de vez en cuando conversa con un esqueleto que está en su consulta y que actúa como una especie de (mala) conciencia de la doctora; un particular pepito grillo. Lo curioso es lo bien que encaja en una obra por otra parte tan realista.

Toda la novela está escrita con mucha agilidad y usando diferentes momentos temporales sin que el lector se pierda en ningún momento. De vez en cuando echa mano de la ironía sobre todo cuando cuenta los comportamientos de algunos pacientes o cuando habla de Grenda, la ciudad en la que vivió y que estaba poblada principalmente por gente “progre”.

En la novela se habla de muchas cosas: divorcio, infelicidad, adicciones, amantes, hijos, paternidad, miedos, etc. y se hace casi con el bisturí de una cirujana aunque quien lo haga sea una doctora de medicina general. A mí me ha resultado una obra muy sugerente. Me he visto reflejado en varios momentos y en otros me ha hecho pensar y repensar ideas y comportamientos. No está nada mal para tratarse de una novela que, eso sí, fue declarada Libro del Año en Noruega.

Para finalizar dejo los fragmentos que anunciaba al principio como ejemplo de la crítica que hace a ciertos aspectos del estado del bienestar.

“(…) al Rebelde le gusta ser como Papá Noel y es generoso con los fondos públicos. El Rebelde opina que todo el mundo tiene que tenerlo todo siempre. “Es un derecho legítimo” es la frase preferida del Rebelde, y si alguien quiere algo, siempre y cuando se trate de prestaciones sociales, en ese mismo momento se lo ha ganado, en el siguiente instante le corresponde reclamarlo y justo después se convierte en un derecho legítimo”. (p. 140-1419 (El Rebelde es un médico de más de setenta años que sigue trabajando)

“Todo el mundo tiene que hacer de todo y tenerlo todo, hay que dejar todas las opciones abiertas y seguir los impulso todo el rato. No basta con zanjar una relación y empezar otra, no. Cuando ya se está inmerso en esa nueva relación, tampoco puede faltar la cubertería de plata y las iniciales grabadas y los vestidos de novia y los embarazos y los anillos y los faldones de bautizo, y si uno no lo  consigue por sí mismo, le ayudará el Estado”. (p. 170)

Un libro muy recomendable porque además de todo lo dicho es muy entretenido y se lee con gran facilidad.

Hay una buena entrevista de Carmen López con la autora en eldiario.es.

 

Nina Lykke, Estado del malestar. Traducción Ana Flecha Marco.

 


 

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