viernes, 26 de agosto de 2022

El inicio de una buena carrera



Continúo con este cuarto libro la desordenada lectura de la obra de este excelente escritor estadounidense. En este caso se trata del primer libro que publicó, en concreto en 1992, cuando tenía treinta y pocos años. En un interesante Epílogo explica muy bien el contexto del momento de sus inicios en la escritura y más en concreto el de estos relatos. En él afirma:

“Mi objetivo era brindar un libro a la gente de casa, un libro sobre “nosotros”, no sobre “ellos”, un libro en el que los lectores de las montañas pudiesen por fin reconocer su cultura sobre el papel, con un lenguaje que pudiesen entender, sin condescendencia”. (p. 176)

No tengo ni idea de si se cumplió ese deseo, lo que sí puedo decir es que alguien tan alejado como yo de esa cultura y de ese espacio ha disfrutado, y de qué manera, leyéndolos.

Por lo que voy conociendo de la obra de Offutt, hay varios elementos que están siempre presentes: por un lado, el espacio en el que se desarrollan que se corresponde con el lugar en el que nació y vivió de joven el autor; una zona de los Apalaches que en su día fue zona minera y en la que hay extensos y profundos bosques, de ahí la permanente presencia e importancia de la naturaleza y, por otro lado, la magnífica creación de personajes que con unos pocos rasgos se hacen perfectamente reconocibles. Personajes típicos del lugar que seguramente se identifican muy bien con ese “nosotros”. En los nueve relatos que contiene este libro hay una buena muestra de ello, desde un niño narrador en el que quizá sea el mejor del libro, Blue Lick, hasta un abuelo, pasando por el resto de las edades; eso sí, mayoritariamente personajes masculinos.

Hay también bastante pobreza, pero llevada siempre de forma digna. En varios aparece mencionada VISTA, un programa antipobreza creado en 1964. Y también muchas alusiones a las serpientes, dando la impresión de que se trata de una de las pesadillas del autor.

Diálogos creíbles; una partida de póker magníficamente narrada; la recreación de la reproducción de una cinta grabada unos años antes que es tremendamente visual; la aparición de los Melungeon, ese extraño grupo humano que luego utilizará en otros relatos, o la historia de una especie de embrujo, todo ello y más forman este pequeño mundo del que, por cierto, Offutt nos ofrece un mapa en el que están los diferentes lugares en los que se desarrollan las historias.

Del autor ya he leído dos libros de relatos, una novela y uno de sus libros de memorias, todos espléndidos y lo mejor es que aún me quedan varios.

Hay una reseña muy buena y completa de Juan G.B. en unlibroaldia.com

 

Chris Offutt, Kentucky seco. Traducción Javier Lucini.

 

 

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