martes, 10 de octubre de 2023

Un grandísimo pianista

 

Empecé a aficionarme de verdad al jazz gracias al piano de Bill Evans y a las grabaciones con sus diferentes tríos, principalmente el primero con Scott La Faro y Paul Motian. Luego fui conociendo a otros pianistas y también a intérpretes de otros instrumentos aunque siempre ha predominado el piano en mi gusto por esta música. Son muchos los pianistas que he ido conociendo y escuchando, pero desde Evans ha sido Jarrett el que más horas ha estado en el reproductor.

Lo anterior explica mi interés al ver esta biografía en los estantes de la librería. Tengo que decir que me alegro de haberla leído aunque también reconocer que es un texto bastante, si no muy, difícil para alguien que, como es mi caso, desconoce los elementos más básicos de la música.

Sandner es un famoso crítico alemán que también fundó en su día una compañía discográfica y que, desde luego, es un experto conocedor de la música en general y del jazz en particular como demuestra en las más de 300 páginas de este libro.

A lo largo de los 13 capítulos en los que ha dividido el texto va recorriendo la vida y, sobre todo, la música de Jarrett desde esos tempranos inicios a los tres años hasta el momento actual. Así, le vemos actuando en pequeños locales muy joven, para pasar después por distintas agrupaciones como las de Art Blakey, Charles Lloyd y Miles Davis hasta iniciar su camino en solitario o con los diferentes tríos que formó fundamentalmente el americano con Gary Peacock y Jack DeJohnette. También habla de su colaboración con Gary Burton, Charlie Haden o Paul Motian por citar solo alguno de los más relevantes.

A Sandner la faceta que más le interesa de Jarrett, y a la que dedica más espacio y sus mejores halagos, es la de la improvisación. Sobre esta faceta de su obra reproduce esta explicación que le dio el pianista al crítico de The Guardian:

“Creo que al arte de improvisar no puede practicarse, y tampoco creo que sea bueno desarrollar costumbres para hacerlo. Cuanto más tiempo guardo abstinencia en los lapsos en que no hay conciertos, tanto mejor resulta la música que después vuelvo a  improvisar”. (p. 246)

Aprovecho para decir que, a raíz de la lectura del libro, he vuelto a ver el extraordinario documental Keith Jarrett. The Art of improvisation gracias al cual he podido acercarme a entender alguna de las cosas que dice Sandner en su libro porque, como ya anunciaba al principio del comentario, se trata de un texto que en muchos momentos resulta bastante difícil de entender. Dejaré solo una pequeña muestra:

“Frente a la apertura armónica de esta introducción, que va hasta estratificaciones atonales, bizarras esquirlas motívicas y nubes sonoras disonantes, las complejas estructuras con acordes de cuarta de seis tonos de un Aleksandar Seriabin remiten, francamente, a un arrebato tardorromántico. (p. 239)

Además, en varias partes del libro analiza pieza a pieza y con todo lujo de detalles alguno de los discos grabados por Jarrett, discos que en su mayor parte desconozco.

Bueno, pues a pesar de todo eso me lo he pasado muy bien leyendo el libro y admirando la capacidad de su autor y, claro, sobre todo, la grandeza musical de un pianista que aunque escucho bastante lo hago prácticamente siempre tocando standards con su trio americano antes mencionado.

Queda claro que Sandner está rendido ante el arte de Jarrett. Mención aparte merece la presencia casi constante de Manfred Eischer, creador del sello ECM, que tanta importancia ha tenido en la carrera de Jarrett produciendo la mayor parte de sus muchos discos.

En fin, un libro interesante para aficionados al jazz que disfrutarán más cuanto más sepan de conceptos musicales.

Nota menos importante: Es una pena que en un libro tan bien editado se cuelen tantas erratas. Por ejemplo, hay unos cinco “sinó”, alguno en una línea antes de otro sino (esta vez correctamente escrito sin acento).

 

Wolfgang Sandner, Keith Jarrett una biografía. Traducción Richard Gross.

 

 

 

 

 

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