El Grand Continent es
una revista en versión digital que se edita en París desde 2019. Su director,
Giuliano da Empoli, ha aparecido recientemente en dos ocasiones en este blog
con sendos libros realmente magníficos (de hecho uno estará entre los mejores
que he leído este año). En este caso, además de aportar uno de los artículos,
lo que ha hecho es seleccionar un conjunto de textos aparecidos en la revista
en estos años organizado en tres grandes apartados. Conflagración: retrato
de un continente roto, Un mundo desalineado: En la urgencia de las recomposiciones
y Ensayos.
En ellos se trata una gran variedad de temas, desde la
guerra en Ucrania, al debate sobre si existe o no un “sur global”, pasando por el
miedo a la IA o diferentes aspectos del problema del cambio climático.
En esta variedad cada lector puede encontrar temas que
le llamen más la atención y otros menos. En general tengo que decir que en
todos he encontrado muy buenas informaciones y, algo muy importante en este
tipo de revistas, todos se entienden perfectamente aunque están escritos por
verdaderos especialistas en su mayoría pertenecientes a diferentes
universidades.
En mi caso, reconozco que me he llevado una gran sorpresa con el artículo La disrupción de la gran convergencia de Branko Milanovic, un economista serbio-estadounidense especializado en la desigualdad mundial. La sorpresa viene de haber visto por primera vez en un libro una idea a la que vengo dando vueltas desde hace muchos años. Creo que en los fragmentos que reproduzco a continuación queda bastante bien enunciada.
“Una de las principales observaciones recientes es
que, aunque los ingresos mundiales estén
convergiendo, los segmentos inferiores y medios de la distribución de los
ingresos de las naciones más ricas están cayendo en la clasificación mundial.
(…)
En efecto, el mecanismo de la convergencia implica un
reajuste de ingresos en el contexto global. En esencia, para que se produzca la
convergencia mundial, es inevitable que algunos individuos, que históricamente
ganaban menos que sus homólogos de las naciones ricas, ahora los superen. Por
tanto, es matemáticamente imposible abogar por la convergencia mundial y, al
mismo tiempo, desear que las mismas naciones mantengan su predominio económico.
(…)
La idea de que todo el mundo, independientemente de sus orígenes, merece las mismas oportunidades de éxito es ampliamente acogida. Sin embargo, existe una verdadera reticencia cuando el principio se traslada a escala mundial”. (p. 96-97)
Yo creo que además esto ayuda a explicar muy bien los
movimientos antiglobalización actuales desde la extrema derecha y cómo van
calando en algunos de los sectores de la sociedad que están padeciendo más esas
consecuencias. Al mismo tiempo, sirve para que se comprenda también cómo hay
gente que defiende el proceso desde las más elementales normas de la justicia
distributiva (en este caso a nivel internacional, claro).
En fin, yo me he centrado en este aspecto por la razón
mencionada, pero creo que en el libro hay los suficientes temas sugerentes para
que merezca mucho la pena su lectura.
Giuliano da Empoli director, Retrato de un mudo
roto. El Gran Continent.
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