Aunque la guerra en Gaza lleva ya bastante tiempo en marcha y, además, se trata de un conflicto muy sangriento en su origen y en su desarrollo solo conozco dos libros de autores israelíes que se hayan atrevido a dar una visión diferente de la enormemente mayoritaria en su país. Uno es Meil Margerit cuya obra, El declive de la sociedad israelí, comenté hace pocos meses; el otro es el que hoy comento.
Mishani es un escritor de novela negra al que el
editor de una revista suiza le propuso hacer un diario para publicarlo en la
revista, lógicamente en alemán, al final del año 2023. Luego su editor en
Israel le animó a seguir escribiéndolo para publicarlo en alemán en forma de
libro. Finalmente, se decidió a publicarlo también en hebreo en Israel.
El diario abarca desde el 7 de octubre de 2023 al 10
de marzo de 2024, y está dividido en seis partes en función de lo que estaba
aconteciendo en la guerra; por ejemplo, La rutina engañosa de la guerra,
la 3ª, o La tregua, la 4ª.
Aunque se trata de un diario realmente no lo parece
porque no tiene la estructura típica del género. Mishani va mezclando algunas
informaciones de lo que sucede en el conflicto, de lo que le sucede a él en su
relación familiar con reflexiones sobre las consecuencias que la
guerra tendrá en el futuro.
Para sus reflexiones utiliza varias veces textos de
Ezequiel, de la Ilíada y nada menos que de Frantz Fanon y de su libro Los
condenados de la tierra, en este caso para hablar del uso de la
violencia. Digo que nada menos porque se trata de un autor muy denostado por lo
general en occidente.
Si ya el libro de Margerit antes mencionado me pareció valiente en el contexto de cómo está la sociedad israelí, este de Mishani me parece que da un paso más y se atreve con reflexiones como las siguientes:
“Nada justifica la matanza que llevó a cabo Hamás, pero no creo que lo que hicimos antes y continuamos haciendo ahora nos ayude a evitar la próxima masacre. La crueldad de Hamás el sábado negro no justifica de modo retroactivo años y años de dominio sobre la vida de los palestinos” (p. 77)
“En Israel, estamos conmocionados por la violencia de
la masacre del 7 de octubre y tenemos cicatrices profundas en el cuerpo y en el
alma. Entonces, ¿cómo vamos a ser capaces de escuchar a Fanon cuando declara
que la lucha por la liberación de un pueblo no es posible sin una violencia
asesina?
(Aquí hay una cita de Fanon que no
reproduzco)
Releer a Fanon tampoco nos permite seguir ignorando la
violencia sistemática -tanto la que se ve como la que está oculta- que ejerce
el ocupante y, de este modo, entender que la violencia del ocupado es un
intento de liberarse de la propia ocupación. ¿Acaso podemos ahora siquiera
atender a la voz de Fanon cuando nos negamos a admitir él “contexto” del 7 de
octubre y la guerra en Gaza: la ocupación y el control de años y años sobre los
palestinos” (p. 166-167)
“(…) Tal vez algún día, si ellos lo desean y eligen a
unos líderes mejores que los de Hamás y si también nosotros elegimos a unos
líderes mejores, podríamos vivir en buena vecindad y paz” (p. 25)
Esto último me parece realmente muy difícil, por no decir que imposible, después de lo que está pasando y de la violencia y el odio desatados.
Desde luego estamos ante un libro de lectura muy
recomendable. Un libro que va más allá de lo que escuchamos habitualmente, que
no deja de criticar a Hamás y su brutal acción, pero que es muy duro con lo que
está haciendo el gobierno de su país, escrito, además, por alguien que vive en
Israel y que se gana la vida vendiendo libros y dando algunas clases en la
universidad. Hay que ser muy osado y muy valiente para publicar esto allí tal y
como está esa sociedad de volcada a favor de la masacre que están perpetrando
en Gaza.
Dror Mishani. Habitación sin vistas. Diario de
guerra en Tel Aviv. Traducción Sonia de Pedro.
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