lunes, 1 de septiembre de 2025

Un Towles irregular

 


Towles, como ya he tenido ocasión de decir al comentar otros dos libros suyos, es un buen escritor y, sobre todo, un gran creador de personajes. Posee una escritura, aunque no me guste especialmente la palabra, elegante independientemente del ambiente en el que desarrolle sus historias.

Este libro se compone de seis relatos y una novela corta (bueno, tiene 230 páginas, pero para lo habitual en el autor sí se puede catalogar así).

Los seis relatos son enormemente variados en los temas que aborda e incluso en algunos aspectos formales. Cinco me han parecido muy logrados y el otro, el último, menos.

Solo mencionaré dos. En el primero, La cola, sitúa la acción nada menos que en la Rusia revolucionaria en la que un joven se da cuenta de que puede hacer un buen negocio haciendo cola para otra persona en las múltiples que se forman para comprar cualquier tipo de producto. Se atisba aquí una crítica al régimen que se estaba implantando en el país, pero el protagonista termina yéndose a vivir a Nueva York lo que aprovecha Towles para criticar también al capitalismo. En El traficante, cuenta la historia de un señor que acudía a los conciertos del Carnegie Hall para, de forma oculta e ilegal, grabarlos y que así los pudiese escuchar su mujer que estaba enferma. Es denunciado por otro asistente que ve cómo lo hace.

Por lo que se refiere a la novela tengo que reconocer que no me ha gustado ni me ha llegado a interesar en ningún momento. Tiene una primera parte un tanto pesada, y cuando quiere introducir algo de acción -la trama tiene algo de novela policiaca-, no solo es demasiado tarde sino que no encaja bien con todo lo anterior.

Eso sí, como decía al principio, el libro está lleno de personajes curiosos e interesantes, de buenos diálogos y de historias originales.

Hay una buena reseña y muy completa de Marc Peig en unligroaldia.blogspot.com.


Amor Towles, Mesa para dos. Traducción Gemma Rovira Ortega.