No es el primer libro de
Kaplan que comento en el blog ni será el último. Este periodista, analista,
viajero y escritor no solo escribe muy bien y de forma bastante clara y
asequible, sino que trata temas fundamentales para comprender el mundo en que
vivimos. No es necesario compartir sus opiniones, de hecho no comparto más de
una, pero sí lo es estar con la mente abierta para repensar algunas de nuestras
concepciones y, si resulta conveniente, cambiarlas.
No basta con saber que,
como especialista en relaciones internacionales y geopolítica, se inscribe en
la doctrina realista; o que es seguidor de Kissinger; o que apoyó la guerra de
Irak algo de lo que, por cierto, se arrepiente en este libro aunque por razones
seguramente muy diferentes a las que muchos tuvimos en su día para rechazarla.
Este libro tiene en
castellano como subtítulo: Entre el imperio y la anarquía desde el
Mediterráneo hasta China. Y es que, efectivamente, Kaplan va analizando
sucesivamente el conjunto de países que recorre esa línea desde Egipto y
Turquía hasta Afganistán, pasando por Arabia Saudí, Siria, Irak o Irán, entre
otros.
Cada capítulo suele
abrirlo con el comentario de algún libro, generalmente de historia o
antropología, que haya tratado el tema de autores como Gibbon, Toynbee,
Fukuyama entre otros; a continuación da algunos rasgos de la historia del país
para, finalmente, analizar lo sucedido en los últimos años partiendo de su
presencia en el país en cuestión y con la colaboración, a partir de una serie
de entrevistas, de intelectuales locales.
Gracias a este enfoque,
tengo que reconocer que me ha demostrado mi desconocimiento enciclopédico de la
zona, a pesar de ser unos territorios de los que se habla y escribe
frecuentemente en los medios.
Partiendo de ese
desconocimiento debo resaltar lo que más me ha llamado la atención, así: es muy
interesante para comprender la Turquía de Erdogan; lo referido a Egipto es muy
claro y profundo y cuenta con muy buenas entrevistas; he descubierto la complejidad
de un país como Etiopía y también la pugna de China y Estados Unidos en Arabia
Saudí. Evidentemente esto no es sino una pequeña muestra de todo lo que aporta
este magnífico libro.
Para finalizar reproduzco dos fragmentos que dejan clara constancia de una de las ideas claves del texto, que Kaplan reitera cada vez que viene a cuento, y es que la democracia no es la mejor forma de gobierno en según qué contextos y pone como demostración los ejemplos de singapur y Arabia.
“Tal y como me dijo otro comensal, “hay que distinguir entre democracia y libertad”. En estos últimos años, los saudíes habían adquirido libertades personales que no habían tenido nunca y habrían peligrado con la democracia, dado que, en cualquier convocatoria de elecciones nacionales libres y justas que quepa imaginar, los islamistas constituirían la única fuerza organizada aparte de la familia real.” (p. 211)
“(…) hay ciertos preceptos que vale la pena
repetir.
En vez de añorar exclusivamente la democracia
en el Gran Oriente Medio, deberíamos desear regímenes consultivos en lugar de
regímenes arbitrarios; es decir, que sondeen la opinión pública incluso aunque
no celebren elecciones. (…) Dicho de otro modo, apuntar algo que es posible en
vez de lo que es meramente justo. (…) Los éxtasis idealistas deben evitarse
para permitir el cambio.” (p. 350-351)
En fin, se trata de un libro absolutamente
recomendable. Un texto en el que se aprende mucho y, si se tiene la mente
abierta, se pueden debatir algunas ideas sin rechazarlas de plano simplemente
porque no coincidan con lo que solemos pensar sobre ese tema. Kaplan es lo que
es, pero también es un gran conocedor de los temas que trata y no solo por los
libros, ya que ha pasado parte de su vida viviendo en algunos de esos países.
Robert D. Kaplan, El
telar del tiempo. Traducción Cristina Martín.
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