jueves, 17 de marzo de 2016

Los intelectuales y la opinión



Estamos ante un libro valiente y  necesario, es más, creo que debería ser un libro mucho más extenso pues apenas pasa de las 200 páginas.
Como queda claro en el título, Sánchez-Cuenca analiza críticamente el hecho de que muchos escritores, aprovechando la fama justamente obtenida  por sus buenas novelas o ensayos, se ponen a opinar de cualquier tema sin tener los conocimientos técnicos que se requieren o sin tomarse al menos  la molestia de informarse más y mejor.
Divide el texto en tres capítulos para ocuparse sucesivamente de: una visión general de los escritores y la opinión, de cómo tratan el tema del terrorismo y el nacionalismo y, finalmente, de las visiones de la crisis.
La idea que atraviesa todo el libro es la siguiente:

“Mientras la denuncia es una cuestión de valores, las teorías y las políticas requieren otro tipo de registro argumental. En España se han confundido y mezclado ambas cosas, de manera que tenemos a un número elevado de personas pontificando sobre el origen del nacionalismo y del terrorismo, sobre cómo tratar políticamente con movimientos nacionalistas y sobre cómo llevar a cabo la política antiterrorista.” (p.28)

Aunque la cita se refiera a solo dos temas, porque en el libro ocupan un parte importante del análisis, son varios más los aspectos que trata el autor. La carga crítica es muy fuerte sobre todo con alguno de los escritores como en el caso de Muñoz Molina que ha escrito un libro para explicar la crisis  y la situación del país. Aquí tengo que reconocer que habiendo leído el libro criticado no fui capaz de ver las evidentes incorreciones en las que incurre el autor. Tampoco salen bien parados otros como: F. de Azúa, J. Cercas, J. Marías, F. Savater (en este caso reproduce un texto memorable en defensa de los toros), M. Vargas Llosa, G. Bueno y un largo etcétera.. Obviamente, en ninguno de estos casos discute su valor en los campos de su especialidad bien sea la narrativa o el ensayo, sino lo que apuntaba  antes y que se podría resumir en aquello de “meterse en camisas de once varas”.
Tampoco sale muy bien parado el periódico El País ni el grupo PRISA ya que es quien acoge la mayor parte de lo publicado por los autores criticados.
Hay dos cosas del libro que me han interesado de forma especial. Por un lado, la diferencia que establece entre cultura intelectual analítica y holística que resulta muy útil para entender y analizar muchas interpretaciones. Por otro lado, la crítica pormenorizada que hace del “Manifiesto de los libres e iguales”.
Sin embargo, a la hora de interpretar el cambio ideológico desde la izquierda a la derecha que se ha producido en muchos de los autores criticados, Sánchez-Cuenca creo que  simplifica demasiado y que hay más factores que ayudan a explicarlo.
Como decía al comienzo, me parece un libro no solo necesario sino insuficiente porque me gustaría que se ampliase a otros creadores de opinión altamente indocumentados. Un texto que me ha hecho pensar y sobre el que tendré que volver muy pronto.
Por cierto, muchos de los escritores citados están entre los autores cuya narrativa  leo habitualmente  -ayer mismo terminé el último libro de Vargas Llosa-,  y también, me parece curioso observarlo, entre los que he dejado de leer el resto de sus escritos. Seguramente, y aunque de forma bastante inconsciente, me estaba dando cuenta de cosas que Sánchez-Cuenca explicita y explica muy bien.
Acabo de ver una interesante entrevista con el autor y una buena reseña.



Ignacio Sánchez-Cuenca, La desfachatez intelectual. Escritores e intelectuales ante la política

No hay comentarios:

Publicar un comentario