jueves, 3 de marzo de 2016

Inagotable Kapuscinski




Cuando ya no esperaba ninguna novedad sobre la obra del gran periodista polaco, aparece la traducción de esta reedición de un libro publicado en Polonia en 1962.
África una vez más como protagonista o, más en concreto, Ghana, el Congo y los políticos que estaban luchando por conseguir la independencia desde Krumah a Lumumba o Kasavubu.
El libro se abre con dos espléndidos capítulos en los que se reconoce al clásico Kapuscinski con sus descripciones de personajes peculiares y, sobre todo, marcado por la pesadez inhumana del calor y la humedad típicos del clima tropical. Además, ataca con fina ironía y sarcasmo la figura del colono en uno de sus textos más comprometidos. Así, aunque la cita sea de un capítulo posterior, escribe:

“Hay quien pregunta por qué en el Congo pegan a los blancos. ¿Cómo que por qué? Porque los blancos han pegado a los negros. He aquí el círculo cerrado del desquite. No hay más que explicar.” (p.154)

Las otras dos partes del libro, que son las más extensas, están dedicadas a los dos personajes principales en las independencias mencionadas y que, además, tanto impresionaron al joven reportero polaco: Kwane Krumah y Patrice Lumumba. Parece ser que su idea era escribir un libro sobre cada uno de ellos, pero no pasó de ser un proyecto y lo que aquí se publica son los reportajes que envió a la revista polaca para la que trabajaba.
A mí, como me pasa con cada libro de este escritor, me han entusiasmado los retratos que hace y las cosas que cuenta, pero es que, además, yo viví con una cierta intensidad la independencia del Congo -tenía 13años-, y me ha encantado reconocer a todos los protagonistas y también darme cuenta de qué tipo de información era la que yo manejaba, de hecho el diario ABC,  pues me hice firme partidario de Moise Thsombe al que Kapuscinski destroza en lo político y en lo humano.
En fin, una suerte poder contar con un nuevo texto de uno de mis escritores favoritos, alguien que es capaz de sintetizar y describir así:

“Nasser habla con firmeza y énfasis, siempre dinámico él, impulsivo y autoritario. Touré juega con la multitud, se la gana con su talante, su eterna sonrisa y su sutil desenfado. Nkrumah, grandioso y concentrado, muestra las maneras del predicador que conserva desde los tiempos en que pronunciaba sermones en las iglesias estadounidenses de los negros. Y luego, embriagada por las palabras del líder, esa multitud se arroja en éxtasis bajo las ruedas del coche de Gamal, levanta en volandas el de Sékou y se descoyunta para poder tocar el de Kwane.” (p.135-6)

Recomendable para todo el mundo e imprescindible para seguidores del autor. Tiene también esta edición el atractivo de las fotos, varias muy ilustrativas de lo que se lee en el texto; en alguna aparece un joven periodista polaco que con los años llegaría a ser tan conocido en España como para que se le otorgase el premio Príncipe de Asturias.


Ryszard Kapuscinski, Estrellas negras

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