lunes, 19 de marzo de 2018

Cierto agotamiento





Hace prácticamente un año hacía la entrada en el blog del último libro que había leído de Bove con las siguientes palabras: 
“Quinto libro de Bove traducido y quinto leído. En muy poco tiempo se están publicando los libros de este gran escritor francés, desaparecido en 1945, lo que significa que está teniendo una buena acogida, algo nada extraño por lo original de su obra y su estilo.
Esta que comento hoy es quizá la que menos me ha gustado porque, aunque tiene las características típicas del autor y la historia que cuenta sea lo menos importante, me ha parecido que en este caso la historia es demasiado simple y poco creíble."
Pues bien, si me autocito, algo que realmente no se debe hacer, es porque puedo repetir las mismas palabras con solo cambiar quinto por sexto.
Esta vez me entregué a la historia de ese enigmático protagonista, Maurice Lesca, porque como es habitual en sus historias Bove va creando cierto suspense por lo extraño de los comportamientos y de las relaciones. En este caso Lesca, ha abandonado su matrimonio, su trabajo de médico y malvive junto a su hermana Emily pidiendo dinero a conocidos que luego no devuelve. Tiene una relación amistosa con la dueña de una papelería-librería a la que visita casi a diario y que luego tendrá cierta importancia en el desarrollo de la trama, si es que de trama se puede hablar en esta novela. Estos son los tres principales y casi únicos personajes. Tres seres bastante solitarios y desde luego no muy felices.
Del protagonista se dice:

“Todo aquello en lo que se embarcaba Lesca, incluso cuando su objetivo era absolutamente desinteresado, se acababa volviendo contra él.” (p. 100)

Y un poco más adelante dice el mismo Lesca algo con el mismo sentido:

“¡Soy un pobre imbécil! Cuando doy algo, la forma que tengo de hacerlo es tan rara que la gente no sabe si aceptarlo, se pregunta por qué lo doy.” (p. 101)

El problema es que la novela apenas avanza a lo largo de sus 202 páginas y que sobre todo en su último tercio resulta bastante reiterativa con unos diálogos entre Lesca y su hermana Emily pesados y un tanto aburridos.
Como dice la editorial en la contraportada: “Farsante o enfermo, iluminado o estafador, no se sabe quién es verdaderamente Maurice Lesca, su protagonista.” Algo que pasa a veces en las historias que cuenta Bove porque eso forma parte de su estilo y al mismo tiempo también del interés que despiertan sus libros, pero creo que en este caso es excesivo el misterio y pocas las luces para penetrarlo.
Evidentemente, la escritura es la típica de este gran escritor y en el fondo los temas también: soledad, desarraigo, dificultades para lograr la felicidad, atmósferas opresivas, etc., pero, en mi opinión, menos logrado todo que en anteriores libros. 


Emmanuel Bove, Un hombre de talento. Traducción  Mercedes Noriega Bosch.


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