lunes, 10 de febrero de 2020

Recuperando a un clásico



Hacía muchísimos años, décadas incluso, que no leía nada del autor. En su día sí lo hice, pero no recuerdo que haya sido reeditado recientemente salvo esta reedición de Libros del Asteroide editorial a la que, por cierto, hay que agradecer la calidad de los libros que está poniendo a nuestra disposición desde su fundación.
Siempre se ha habado de Greene y la religión sobre todo por su famosa novela El poder y la gloria publicada en 1940. En la que hoy comento el tema de la religión ocupa también el centro de la novela. Como ateo y anticlerical racional y visceral se podría pensar que la lectura me echaría para atrás y, bien al contrario, me ha metido más en el desarrollo de la historia porque, como dice Mario Vargas Llosa en su clarificador Epílogo:

”El final del affaire es una novela que difícilmente convencería a un agnóstico, pero que conmueve a todo lector sensible, por la eficacia de su estilo y la delicadeza de su construcción.”
(…)
La claridad y la transparencia del lenguaje son tan extremas que raspan el ideal flaubertiano de la invisibilidad: se diría que la historia se autogenera ante nosotros, sin necesidad de palabras. La estructura se ciñe al tema con precisión y economía de medios.”(p. 308-309)

Es difícil expresar mejor los valores de esta magnífica novela que hacen de su lectura una gran experiencia sensible y a la vez intelectual. Sensible porque la trama la conduce Greene a través de una historia de amor y celos muy bien dosificada, pero el objetivo central es esa discusión sobre el sentido de la religión. Ninguno de los principales protagonistas es creyente e incluso un gran secundario, Richard Smythie, es un pensador racionalista que se dedica a predicar en contra de la religión. Sin embargo, se producirán algunos “milagros” que harán cambiar de orientación a más de uno. Alguno de esos “milagros” le parecen al mismo Llosa un tanto exagerados.
Eso sí, como advierte Llosa en el fragmento citado, difícilmente un agnóstico se sentirá interpelado y quedará convencido tanto como para cambiar, pero sí que es cierto que la forma de enfocar los debates sobre el tema me han resultado muy interesantes.
Por otro lado, formalmente es una espléndida novela narrada en primera persona y con un largo capítulo dedicado a reproducir el diario de Sarah que aclarará muchas cosas del desarrollo anterior de la historia. En un par de ocasiones utiliza Greene el perspectivismo de una forma muy acertada y por lo general va yendo de la actualidad hacia atrás de tal manera que nos vamos enterando de los orígenes de algunos episodios con lo que estos quedan perfectamente aclarados y/o justificados.
El protagonista, Maurice Brendrix, es escritor lo que le permite al autor  hacer algunas reflexiones sobre la escritura. En este sentido me ha parecido especialmente relevante la que hace sobre la construcción de un personaje. También le permite referirse a escritores famosos en esos momentos como Forster y Maugham.
En resumen, una novela estupenda que se lee de un tirón dejando un buen sabor de boca y la intención de volver a leer alguno de los muchos clásicos del autor como: El revés de la trama, El tercer hombre, El cónsul honorario o El americano tranquilo, por citar algunos.

Graham Greene, El final del affaire. Traducción Eduardo Jordá.





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