martes, 15 de diciembre de 2020

Una realidad preocupante, muy preocupante.



Hace algo más de dos meses, al comentar el libro Fake de Miguel Albero, decía que echaba de menos que hubiese dedicado un mayor espacio a escribir sobre lo falso en la información. Marc Amorós se ha encargado de llenar, y de qué manera, ese vacío.

Desde hace mucho tiempo, imagino que debido a la lectura de los libros de Ignacio Ramonet y Pascual Serrano, vengo insistiendo en la importancia que tiene en el mundo actual la batalla por la información y la comunicación sobre todo desde la aparición de las redes sociales. Con este libro Amorós no hace sino confirmarme en la idea y afirmarla de manera definitiva. Y dentro de esta batalla, o guerra que es lo que es realmente, las noticias falsas han adquirido no solo carta de naturaleza sino un papel protagonista sobre todo por el uso que de ellas han hecho y siguen haciendo determinados políticos. En el libro se dan muchos ejemplos con Trump a la cabeza de todos y con VOX como buen representante en nuestro país.

El libro está dividido en tres partes. En la primera, se hace un análisis más teórico y sirve de presentación para lo que vendrá después. En la segunda, se centra ya en multitud de ejemplos y da gran cantidad de datos sobre todo de lo sucedido con la red Facebook. En la tercera, sigue con los ejemplos pero ahora centrados en diferentes temas.

Si la primera me ha parecido un tanto reiterativa, en las otras dos se ofrece una información magnífica aunque, eso sí, bastante preocupante sobre la salud de nuestros sistemas de información y comunicación. Preocupante si atendemos, por ejemplo, a estas palabras del autor: 

“Las noticias falsas nos están privando de lo más básico de todo entendimiento: que nos pongamos de acuerdo acerca de lo que está pasando. Cuando esto se torna imposible, nos condenamos a considerar como enemigos a quienes no piensen igual y a ser una sociedad que, en lugar de confrontar ideas, confrontará posturas”. (p. 219)

O si nos fijamos en este ejemplo bien cercano:

“ Quienes pretendían eso sabían perfectamente cómo hacerlo: primero, fabricaron una noticia falsa polémica, impactante y polarizadora y, en segundo lugar, hicieron que alguien con fácil acceso a los altavoces mediáticos, como una dirigente política, recogiera la noticia, le diera visibilidad y pusiera el debate encima de la mesa”. (p. 123)

(“Eso” es afirmar que en esa fiesta se denigra la dignidad de las personas. La “noticia” es la foto de un acto sexual durante el orgullo gay. La dirigente es la diputada de VOX Monasterio)

 Como decía antes, en el texto se dan muchas y muy interesantes informaciones numéricas. Así, audiencias de youtubers y de Facebook comparadas, por ejemplo, con audiencias de radio o el número de anuncios falsos en las elecciones de Estados Unidos.  También es muy interesante el escrito que reproduce en el que Aaron Sorkin critica duramente a Mark Zuckerberg. Asimismo, merece mucho la pena todo el capítulo 3 dedicado monográficamente a Facebook. Es una pena que no lo haga de la misma manera con la red twitter que para mí resulta hoy más peligrosa aún.

De todas formas si tuviera que destacar algo por encima del resto lo haría con lo que llama las batallas de fake, esto es, las noticias falsas sobre: inmigración, religión, clima, feminismo, movimiento LGTBI o pensamiento político. Aquí es donde mejor se pone de manifiesto la importancia del fenómeno.

Especial horror provocan los ejemplos que da de cómo a partir de fake news se produjeron varios linchamientos mortales en distintos lugares. Y especial asco el caso del diario periodista digital (sí, ese dirigido por Alfonso Rojo, uno de los personajes más peligrosos que circula por los medios) en el que se pusieron fotos y nombres de miembros del equipo que eran fake, fotos que aparecen reproducidas.

En fin, un libro en el que se dan muchas y muy buenas informaciones unidas, además, a buenos análisis. Pero, también, al mismo tiempo, un libro bastante desmoralizador por la sensación que se tiene de lo poco que se puede hacer para contrarrestar lo que está pasando que, por otra parte, tiene visos de que no hará sino aumentar. Quizá por ello, no solo estoy de acuerdo con la siguiente afirmación del autor, sino que soy un firme practicante de lo que en ella se dice:

“(…) nos da más placer ver información que confirma nuestras creencias que ver noticias que las desafían. De nuevo, nuestra felicidad determina nuestro consumo informativo”. (p. 37)

Un libro no solo recomendable, me atrevería a decir que fundamental para entender nuestro mundo hoy.

Hay una interesante entrevista de Pablo Gutiérrez con Amorós en eldiariodelaeducaion.com.

 

Marc Amorós, ¿Por qué las  fake news nos joden la vida?

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario: