miércoles, 9 de diciembre de 2020

Un viaje científico


Este es un libro que despista un tanto por su subtítulo porque, efectivamente, se trata de un viaje por un Ártico que está en proceso de desaparición, pero es un viaje científico, es decir, lo que fundamentalmente cuenta Tedesco son los trabajos del grupo de investigadores. Por lo tanto, para los que somos absolutamente legos en la materia, hay muchas cosas que nos perdemos de lo que se cuenta en el libro sobre el objeto de la expedición y, sobre todo, sobre los diferentes “experimentos” que realizan.

Sin embargo, el libro no deja de tener su interés porque Tedesco es un científico dotado de gran sensibilidad y porque, además, no se limita a lo que he dicho sino que también nos ilustra sobre otra serie de aspectos como, por ejemplo: varias referencias etnográficas a los habitantes de esas zonas, los inuit; la narración a veces bastante detallada sobre el funcionamiento de la expedición; la descripción de elementos de la vida cotidiana que resultan curiosos como pueden ser el vestirse y alimentarse; o la historia que cuenta de algún explorador y exploradora.

La expedición se realiza en el norte de Groenlandia, en la zona de los mayores glaciares, no en vano Tedesco es de profesión glaciólogo, una profesión que yo desconocía. Se trata de encontrar registros de diversos tipos que confirmen la incidencia que está teniendo el cambio climático que es la base de los estudios del centro de la NASA en el que trabaja el autor.

Por cierto, algo sorprendente en este libro es que, como se ve, hasta ahora solo he hablado del autor y lo he nombrado como Tedesco. Sin embargo, en la portada aparece un segundo autor aunque lo ponen con letra más pequeña. Pues bien, en ningún momento hay referencia alguna a su participación en la elaboración del libro. Quiero creer que habrá colaborado, como periodista que es, en la mejora del texto para hacerlo más asequible, pero es solo una suposición porque como tal no he visto nada en el libro. Es la primera vez que me sucede algo así.

Como decía antes, hay bastantes cosas que no he entendido, pero también he descubierto algunas interesantes. Así, la existencia de un ser vivo, el tardígrado (también llamado water bear), al que “se lo puede congelar, se lo puede hervir, se lo puede aplastar, se lo puede privar durante años de agua y comida, y siempre volverá a la vida” (p. 88) y, desde otro punto de vista, la existencia de una “nueva arma” como la geoingeniería “es decir, la capacidad de modificar o generar sucesos meteorológicos (o incluso transformar el clima) mediante la introducción de sustancias en la atmósfera que favorezcan o reduzcan la formación de nubes, manteniendo o desplazando de este modo el hielo”. (p. 127)

En fin, un librito, apenas llega a las 140 páginas, que merece le pena leer aunque no se pueda sacar todo el jugo que contiene.

Hay una interesante entrevista de Juan Bordera con el autor, centrada sobre todo en el cambio climático, en ctxt.es.

 

 

Marco Tedesco y Alberto Flores D’Arcais, Hielo. Viaje por el continente que desaparece. Traducción Teresa Clavel.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario