viernes, 28 de noviembre de 2025

ANDAMIO

 

Al fin una entrada con una media bastante alta en las series. Variada procedencia y géneros, pero alta calidad. En cine me quedo con el documental.

 

Películas

 

Una casa llena de dinamita. Producción estadounidense dirigida por K. Bigelow. Un misil lanzado no se sabe por quién se dirige hacia Estados Unidos. Se ponen en marcha los diferentes protocolos para ver cómo hacerle frente. A partir de ahí, la directora utiliza el perspectivismo y nos ofrece tres puntos de vista. La realización es la habitual en Bigelow, mucho ritmo, escenas vertiginosas con muchos cambios de cámara y enfoque. A pesar de eso resulta un tanto aburrida. Lo mejor es que hace pensar en manos de quiénes estamos.

 

Sueños de trenes. Producción estadounidense basada en una novela que marca mucho el tono y el ritmo de la película. Un drama que se desarrolla en las primeras décadas del siglo pasado y que narra la situación de un leñador que trabaja en la construcción del ferrocarril y que tiene una vida bastante desgraciada. Tristona y con muy poca progresión en la historia.

 

Se acabó. Documental de producción española sobre la selección femenina de fútbol. Comienza con los desagradables hechos protagonizados por Luis Rubiales al finalizar el campeonato mundial, pero luego analiza los problemas que hubo anteriormente entre un grupo de jugadoras y los rectores de la Federación. Es muy interesante, sobre todo para los que sigan ese fútbol, y además está muy bien hecho.

 

 

Series

 

 

Task. Serie estadounidense de 7 episodios de 50 minutos. Un thriller que tiene también muchos elementos de drama porque no se limita a la trama policiaca, sino que se centra mucho también en los comportamientos y en las relaciones personales y familiares. Muy buen guion, una magnífica producción y grandes interpretaciones, todo ello hace que sea una de las mejores series del año.

HBO

 

El hombre de tu vida. Serie argentina de 13 episodios de 50 minutos. Aunque es una serie que tiene años, es de 2011, no le afecta para nada. Claro que teniendo a Campanella en la creación y a Franchella y Brandoni en la interpretación, no puede salir nada malo. Muy buena comedia con momentos realmente espléndidos y una media bastante satisfactoria. Recomendable.

 

El Centro. Serie española de 6 episodios de una hora. Thriller de espías que demuestra lo bien que se hacen los thrillers en España. Buen guion, buen ritmo y adecuadas interpretaciones. Para pasar buenos ratos entretenidos.

Movistar+

 

La puta ama. Serie finlandesa de 6 episodios de una hora. Una comedia negra que responde muy bien al título puesto en castellano. Bastante original. Va de menos a más porque le cuesta algo arrancar, pero luego compensa. Muchos personajes estrambóticos y malos que son casi buenos y buenos algo malotes.

 

Yakarta. Miniserie española de 6 episodios de 35 minutos. Una magnífica serie, de las mejores del año, gracias a un muy buen guion y unas interpretaciones de lujo, con un Javier Cámara en estado de gracia. Tiene grandes momentos en los que logran transmitir las emociones hasta el punto de llegar a formar un nudo en la garganta del espectador.

Movistar+

 

Los amos de la ciudad. Serie británica de 8 episodios de una hora. En principio una serie de mafiosos de Liverpool, pero poco a poco se convierte sobre todo en un drama por la lucha por el poder y en un estudio de relaciones personales. Es muy entretenida y tiene una buena producción.

Movistar+

 

Pubertat. Miniserie española de 6 episodios de 45 minutos. Creada. escrita y dirigida por Leticia Dolera, plantea el tema de la agresión sexual por jóvenes de 13 y 14 años en el marco de la colla castellera de un pueblo de Cataluña. Tiene un buen guion con un planteamiento muy interesante del tema ya que se analizan todas las posturas, tanto de la agredida y los agresores como de las familias y los miembros de la colla. Muy bien interpretada aunque he tenido que verla doblada al castellano que, al hacerlo los mismos actores, pierde bastante. Muy recomendable.

Movistar + HBO

 

Las muertas. Miniserie mexicana basada en la novela homónima de Jorge Ibargüengoitia que a su vez se basó en hechos reales. Es la historia en la primera mitad de los sesenta del siglo XX de dos hermanas que se dedicaban como propietarias a los burdeles llegando a poseer tres en pequeñas localidades. Muestra entre otras cosas la elevada corrupción existente en todas las instituciones del país. La historia está muy bien contada y se sale de los temas habituales.

Netflix.

 

La acusación. Miniserie alemana de 7 episodios de 45 minutos. Basada en textos del abogado defensor Ferdinand Von Schirach que, a su vez, se suele inspirar en hechos reales, trata el caso de un juicio por abusos sexuales a unos niños en una pequeña localidad. Como siempre sucede con lo que escribe este abogado hay momentos de debate sobre la justicia y la moral que son bastante interesantes. En general la serie merece la pena.

jueves, 27 de noviembre de 2025

Visión valiente


 

El autor, judío practicante, vive en Nueva York y es profesor de Periodismo y Ciencias Políticas. Además, tiene una visión muy diferente de lo que ha sucedido, y sigue sucediendo, en Palestina de la de la mayoría de los judíos. Y no solo de lo que pasa en la actualidad sino desde 1948. Desde luego no es fácil encontrar gente de esa procedencia con el tipo de análisis que él hace, aunque en el blog he tenido ocasión de comentar algún otro libro que va en la misma dirección.

El libro está dividido en cinco capítulos en los que analiza, utilizando todo tipo de documentos y datos, la situación de la zona desde poco antes de la creación del estado de Israel hasta hoy, pero centrado exclusivamente en la relación entre judíos y palestinos.

Son muy interesantes, y me atrevería a decir que novedosas, varias cosas: la explicación que ofrece del porqué unas fiestas religiosas se celebran ahora más que otras que antes eran más importantes (lo relaciona con el sionismo); también lo son las referencias al éxodo, o éxodos, palestinos y a la idea que tenía el sionismo del colonialismo, idea que no hace demasiado tiempo han abandonado; por otra parte, es muy interesante el análisis sobre el número de víctimas sobre lo que afirma que la mayoría de las instituciones neutrales dan la razón a las cifras que da el ministerio de Salud de Gaza (hasta Israel las ha utilizado a veces); o, por no extenderme demasiado, su idea de que el 7 de octubre fue algo horroroso y totalmente condenable, pero que no es comparable con el Holocausto.

Hay, sin embargo, un tema en el que creo que ha quedado un poco desfasado. Según estudios que menciona, el antisemitismo en los países europeos es mayor en la derecha que en la izquierda. Desde luego en España la derecha y la extrema derecha son defensoras acérrimas del Estado de Israel y el antisionismo, que no antisemitismo, está en la izquierda. No deja de ser curioso que partidos que tienen entre sus filas a gentes de ideología neonazi defiendan la política del estado de Israel, pero lo hacen porque en el fondo este está siguiendo una política represiva y genocida bastante parecida a la que en los años 30 o 40 del siglo pasado aplicaron los nazis precisamente contra sus antepasados.

En este sentido son muy interesantes los fragmentos que reproduzco a continuación que resultan especialmente duros viniendo de quien vienen:

“Desde la destrucción del Segundo Templo hasta el Holocausto, pasando por la expulsión de España, los judíos nos hemos ido contando cuentos a fin de responder a los horrores que soportábamos. Ahora tenemos que contarnos un cuento nuevo que responda al horror que ha perpetrado un Estado judío, apoyado por numerosos judíos de todo el mundo. Su elemento central debería ser este: no somos víctimas virtuosas permanentes de la historia, no estamos programados para padecer siempre el mal y jamás cometerlo. Esa falsa inocencia, que impregnan la vida judía contemporánea, disfraza de autodefensa la dominación. Brinda una licencia infinita a seres humanos falibles”. (p.15-16) 

“El problema de nuestra historia colectiva no es que reconozca los crímenes que sufrimos. El problema es que ignora los crímenes que cometemos. (…) Antes del 7 de octubre, creía figurarme los peligros de esta forma de pensar. Resultó que no tenía ni idea”. (p.42)

“(…) varios de ellos contaron que su mayor miedo mientras se hallaban en cautiverio eran las bombas israelíes”. (p. 69) (Se refiere obviamente a los secuestrados el 7 de octubre).

Como se puede apreciar por estos textos, Beinart ha escrito un libro tremendamente comprometido que seguramente le habrá causado muchos problemas teniendo en cuenta cómo está hoy el panorama. Por eso es más de agradecer que alguien esté dispuesto a ofrecer un punto de vista alternativo utilizando para ello textos de los libros religiosos del judaísmo, opiniones de algunos rabinos y muchos datos perfectamente contrastados.

Es un pequeño, solo tiene 148 páginas, gran libro de algo más que  recomendable lectura.

Hay una interesante entrevista de Francesca Cicardi con el autor en eldiario.es.

 

 

Peter Beinart, Ser judío tras la destrucción de Gaza. Traducción Pablo Batalla.

                     

lunes, 24 de noviembre de 2025

Magnífico descubrimiento

 


Solo conocía por el nombre a esta escritora mexicana de la que desde ya me comprometo a leer más porque me ha gustado muchísimo su escritura.

Por este libro ha obtenido varios premios en 2021 y 2022, además del Pulitzer de Memorias en 2024. Porque se trata, efectivamente, de un libro de memorias en un sentido bastante especial. Como dice Nadal Suau, en el fragmento de su crítica en El Cultural que reproduce la editorial en la solapa, es: “Un libro-ritual que convoca a la víctima y la restaura, que ofrece una ceremonia de amor y memoria”.

Esta idea de restauración y de amor me parece que marca el libro desde el segundo capítulo.

El primer capítulo lo dedica a intentar localizar en 2021, y en la selva de la burocracia, el expediente del asesinato de su hermana sucedido el 16 de julio de 1990, un asesinato que hoy calificaríamos como de violencia de género, pero entonces estos términos no se utilizaban. No lo consigue porque ha debido de desaparecer. Por qué tardó treinta años en buscarlo es una buena pregunta cuya respuesta queda sometida a diferentes hipótesis, si bien la más probable es una extensa duración del duelo.

A partir de ahí, y basándose en el muy diverso material que pudo recuperar de Liliana como: cuadernos, cartas, agendas, cassettes, etc., reconstruye diferentes momentos y aspectos de la vida de su hermana. Aquí es interesante el hecho de que uno de sus amigos ha creado una letra para la reproducción de este material que, parece ser, se aproxima bastante a la original.

Vienen luego varios capítulos en los que son los amigos de la víctima los que toman la palabra. Rivera Garza contactó con varios de ellos y les pidió que hablasen de su relación con Liliana y de cómo era ella. El resultado resulta quizá demasiado hagiográfico, pues apenas se atisba algún elemento de crítica por alguno de sus comportamientos, pero dan una amplia visión de qué tipo de persona era.

A continuación, dedica un amplio espacio a cómo pudo ser el crimen que, no lo he dicho hasta ahora, fue causado por un exnovio y ha quedado impune.

Cierra el libro un breve capítulo con las palabras de sus padres.

Tal y como lo he contado puede parecer bastante frío, pero es que es muy importante cómo lo narra Rivera, con qué sensibilidad, con qué amor y con qué escritura tan formidable y adecuada a lo que narra.

Un libro muy recomendable cuya lectura no será fácil de olvidar porque no hay derecho a que una mujer sea asesinada nunca, pero impacta más aún si lo es a los veinte años.

En estos últimos tiempos estoy descubriendo a un conjunto de escritoras mexicanas que, como Fernanda Melchor o Brenda Navarro, tienen muchas cosas que contar y, sobre todo, que las cuentan con un lenguaje y un estilo magníficos.

Para más y mejor información hay dos reseñas muy buenas y completas: la de Fernanda Cueto en nuevarevista.net y la de Santi en unlibroaldia.blogspot.com. Ambas son muy recomendables.

 

Cristina Rivera Garza, El invencible verano de Liliana.

 

 

viernes, 21 de noviembre de 2025

Impactante

 


No era lector de este tipo de libros sobre juicios, pero cuando leí V13. Crónica judicial, el que Emmanuel Carrère dedicó al juicio sobre los atentados en parís de 2015, se me abrieron las puertas a interesarme también por estos temas. Por eso, al escuchar un día por la radio una entrevista con Villaécija sobre su libro me pareció que valía la pena.

Desde luego no me ha defraudado porque a lo largo de las 300 páginas y los 14 capítulos del libro, la autora hace un análisis casi exhaustivo del juicio del caso Pelicot.

El simple enunciado del título de algunos capítulos puede dar una idea de cómo ha organizado la autora la información. Así: El marido y padre perfecto; Gisèle; La abogada del diablo; Las no violaciones, los no violadores; El fenómeno Gisèle o La sentencia.

Esta amplísima crónica se nutre de un conjunto muy amplio de informaciones y de bastantes reflexiones en las que Villaécija deja constancia de cómo puede llegar a afectar un trabajo como este. Reproduzco a continuación la que me parece la más dura y problemática. 

“Dejé de temer a los hombres con capucha o a cruzarme con un desconocido en una calle apartada de noche. Empecé a tener miedo al conocido, al amigo o al vecino, a la propia pareja o a las potenciales parejas”. (p. 283)

Creo que una afirmación como esta es muy significativa de qué pudo pasar y qué pudo llegar a verse y escucharse en la sala del tribunal del juzgado de Aviñón.

La autora trabajaba como corresponsal en París del diario El Mundo y decidió dedicar los cuatro meses que duró el juicio a contarlo con todo lo que suponía de traslados, incomodidades, horas de trabajo, etc. Parece que, al menos hasta ahora, no se ha arrepentido de ello.

En el libro, como se puede uno imaginar, hay informaciones de todo tipo: desde reproducciones de fragmentos de algunos interrogatorios, a perfiles psicológicos de algunos acusados, pasando por el día a día de los periodistas que, a quienes como es mi caso les interese cómo funciona esa profesión, les gustará especialmente, así como también la participación como testigos de personas del círculo familiar de los acusados y, evidentemente, mucho más como, por ejemplo, las reflexiones que antes he mencionado.

En ese día a día me ha llamado poderosamente la atención el hecho de que muchos de los acusados, los que no estaban detenidos, se movían con total libertad entre la gente tanto en los bares, restaurantes o puertas donde fumaban, hasta el punto de que a veces la misma Gisèle salía en el mismo momento y por la misma puerta que ellos.

Son muchas las cosas que se pueden contar del contenido del libro, pero considero que no es necesario. Creo que con lo dicho es suficiente para despertar el interés.

A mí tengo que reconocer que es un texto que me ha impactado, y aún más después de leer lo que Villaécija dice en lo que antes transcribí, porque después de 300 páginas sigo sin ser capaz de comprender cómo, creo que excepto uno, los que acudían a la cita con Dominique para violar a su mujer tumbada en una cama en estado de letargo en una habitación en penumbra, no salían huyendo. Como tampoco puedo entender cosas como lo que se dice en el siguiente fragmento:

“El abogado de la defensa insistió con su argumento: “Esto que dice puede llevar a una incomprensión, porque hay violaciones y violaciones sin intención de cometerlas”.

(…) a menudo, parte de la defensa mostraba una falta de empatía hacia la víctima, incluso cierta agresividad.” (p. 124-125)

Y eso que el gremio de los abogados no es de los que goza de mi estima ni siquiera de mi mayor respeto.

Un libro que me parece muy útil para “que la vergüenza cambie de bando” que era lo que quería Gisèle Pelicot cuando decidió solicitar que el juicio fuera público a pesar de las escenas que se iban a visionar.

Por otra parte, el libro está muy bien escrito, narrado con mucha agilidad y con la información organizada de una manera muy útil para conocer los diferentes aspectos.

Absolutamente recomendable, aunque resulta muy duro de leer, sobre todo si se es mujer, pero también si se es hombre.
Desde luego a mí me ha impactado, me ha costado leer ciertas cosas pensando en que puede ser gente como yo.

 

 

 

Raquel Villaécija, La vergüenza. Crónica del juicio del caso Pelicot.

 

lunes, 17 de noviembre de 2025

Vuelve Mairal

 


 

Es una pena que este magnífico escritor sea tan poco prolífico. He leído y comentado dos de sus libros, pero de eso hace ya siete y ocho años. Desde entonces no había tenido noticia de él. Eso sí, esta, al menos para mí, reaparición la hace con un texto de nada menos que 435 páginas cuando los otros que conozco eran novelas bastante cortas.

Empezaré el comentario con una cita de la reseña de Santiago Ortiz Lerín elperiodico.com que me parece que sintetiza perfectamente la idea y el contenido de la novela:

“Retrata la esencia de una juventud atrapada en el umbral de la edad adulta, donde Thiago, Pilar y Bruno encarnan la fragilidad y la búsqueda de sentido en sus vidas. Con cada voz teje un tapiz de emociones que resuenan con la autenticidad, el desamparo y la amistad como refugio. La novela ofrece su ritmo vertiginoso, como un tango que acelera y tropieza, atrapados con un presente que se les escapa”.

Efectivamente, la novela tiene como protagonistas a tres jóvenes de diecinueve años a cada uno de los cuales dedica cada una de las tres primeras partes, para que los tres se junten en la cuarta y última.

La primera está narrada por Thiago. Se inicia con un in media res con él ingresado en una clínica psiquiátrica. A partir de ahí nos va contando qué pasó para que acabase en ella. Entre otras cosas, perdió a la madre, vende droga de vez en cuando y tiene una buena relación con Pili. No sabe muy bien qué hacer con su vida. Mientras tanto, Bruno, su mejor amigo, está en Estados Unidos.

En la segunda es Bruno, al que han enviado sus padres a estudiar Economía, el protagonista absoluto. Está narrada en tercera persona y se centra en dos aspectos. Por un lado, su relación con otra alumna que se dedica a hacer fotografías pensando en exponerlas y, por otro lado, sus trabajos como limpiador de baños y dormitorios en los edificios del campus y camarero durante las vacaciones ya que no se vuelve a Buenos Aires. No obstante, lo que le gusta realmente es la música y en concreto el bajo, pero sus padres quieren para él algo “mejor”.

En la tercera es Pili la protagonista y otra vez narrada en primera persona. Vive con su abuela porque su madre se ha ido con su nuevo novio a Barcelona. Se dedica a hacer cortos y a buscar dónde vivir cuando tiene que ingresar a la abuela en una residencia.

La cuarta está narrada de nuevo por Pili y ya están los tres amigos juntos.

Lo más interesante de la novela es la forma cómo Mairal narra las historias. Así, por ejemplo, cuando narra en primera persona utiliza el lenguaje coloquial con todos los modismos típicos del país. Sin embargo, cuando lo hace en tercera utiliza un lenguaje más estándar. También hay que resaltar lo bien que cuenta lo que les sucede a los protagonistas y la ausencia de cualquier tipo de juicio sobre ello.

Hace muy pocos días comentaba un libro del Premio Nobel Gurnah que, curiosamente, también tenía como protagonistas a tres jóvenes. Además, con un texto de una extensión similar a este de Mairal. Leyéndolo se podría pensar que el Nobel es Mairal por el original tratamiento que da a la historia y por la mayor riqueza de los personajes.

Desde luego me parece una novela muy recomendable como lo son las otras que comenté en su día de este autor.

 

 

Pedro Mairal, Los nuevos.

 

viernes, 14 de noviembre de 2025

Para aprender y pensar

 

No es el primer libro de Kaplan que comento en el blog ni será el último. Este periodista, analista, viajero y escritor no solo escribe muy bien y de forma bastante clara y asequible, sino que trata temas fundamentales para comprender el mundo en que vivimos. No es necesario compartir sus opiniones, de hecho no comparto más de una, pero sí lo es estar con la mente abierta para repensar algunas de nuestras concepciones y, si resulta conveniente, cambiarlas.

No basta con saber que, como especialista en relaciones internacionales y geopolítica, se inscribe en la doctrina realista; o que es seguidor de Kissinger; o que apoyó la guerra de Irak algo de lo que, por cierto, se arrepiente en este libro aunque por razones seguramente muy diferentes a las que  muchos tuvimos en su día para rechazarla.

Este libro tiene en castellano como subtítulo: Entre el imperio y la anarquía desde el Mediterráneo hasta China. Y es que, efectivamente, Kaplan va analizando sucesivamente el conjunto de países que recorre esa línea desde Egipto y Turquía hasta Afganistán, pasando por Arabia Saudí, Siria, Irak o Irán, entre otros.

Cada capítulo suele abrirlo con el comentario de algún libro, generalmente de historia o antropología, que haya tratado el tema de autores como Gibbon, Toynbee, Fukuyama entre otros; a continuación da algunos rasgos de la historia del país para, finalmente, analizar lo sucedido en los últimos años partiendo de su presencia en el país en cuestión y con la colaboración, a partir de una serie de entrevistas, de intelectuales locales.

Gracias a este enfoque, tengo que reconocer que me ha demostrado mi desconocimiento enciclopédico de la zona, a pesar de ser unos territorios de los que se habla y escribe frecuentemente en los medios.

Partiendo de ese desconocimiento debo resaltar lo que más me ha llamado la atención, así: es muy interesante para comprender la Turquía de Erdogan; lo referido a Egipto es muy claro y profundo y cuenta con muy buenas entrevistas; he descubierto la complejidad de un país como Etiopía y también la pugna de China y Estados Unidos en Arabia Saudí. Evidentemente esto no es sino una pequeña muestra de todo lo que aporta este magnífico libro.

Para finalizar reproduzco dos fragmentos que dejan clara constancia de una de las ideas claves del texto, que Kaplan reitera cada vez que viene a cuento, y es que la democracia no es la mejor forma de gobierno en según qué contextos y pone como demostración los ejemplos de Singapur y Arabia.

“Tal y como me dijo otro comensal, “hay que distinguir entre democracia y libertad”. En estos últimos años, los saudíes habían adquirido libertades personales que no habían tenido nunca y habrían peligrado con la democracia, dado que, en cualquier convocatoria de elecciones nacionales libres y justas que quepa imaginar, los islamistas constituirían la única fuerza organizada aparte de la familia real.” (p. 211)

“(…) hay ciertos preceptos que vale la pena repetir.

En vez de añorar exclusivamente la democracia en el Gran Oriente Medio, deberíamos desear regímenes consultivos en lugar de regímenes arbitrarios; es decir, que sondeen la opinión pública incluso aunque no celebren elecciones. (…) Dicho de otro modo, apuntar algo que es posible en vez de lo que es meramente justo. (…) Los éxtasis idealistas deben evitarse para permitir el cambio.” (p. 350-351)

 

En fin, se trata de un libro absolutamente recomendable. Un texto en el que se aprende mucho y, si se tiene la mente abierta, se pueden debatir algunas ideas sin rechazarlas de plano simplemente porque no coincidan con lo que solemos pensar sobre ese tema. Kaplan es lo que es, pero también es un gran conocedor de los temas que trata y no solo por los libros, ya que ha pasado parte de su vida viviendo en algunos de esos países.

 

Robert D. Kaplan, El telar del tiempo. Traducción Cristina Martín.

 

 

 

jueves, 13 de noviembre de 2025

Muy decepcionante

 

Es el tercer libro que leo de este autor y el primero que publica tras la obtención del Premio Nobel de Literatura en 2021. Tengo que decir que los otros dos me gustaron, me parecieron interesantes por las historias que contaban y porque, algo bastante obvio para un premiado, estaban bien escritos.

Sin embargo, este me parece un libro fallido o, lo que es peor, escrito sin convencimiento y aprovechando el tirón del Nobel.

El libro cuenta la historia de tres jóvenes en los años noventa. Se desarrolla entre una ciudad de la isla de Zanzíbar y Dar es-Salam, la capital del país, en el continente. Son: Karim, de buena familia y que cursará estudios universitarios; Badar, adoptado y que trabajará como sirviente en la casa de Karim, y Fauza, quien tiene la “enfermedad de la caída”, pero es buena estudiante y será profesora.

A lo largo de nada menos que 300 páginas, Gurnah va relatando sucesos de los tres que incluyen su juventud, la boda entre Karim y Fauza, el embarazo, el trabajo de Badar en un hotel, y un largo etcétera de este tipo de hechos. Todo ello contado con mucha agilidad narrativa que por momentos recuerda las narraciones orales. Ahora bien, el problema, lo que hace que lo considere un libro totalmente prescindible, es que es terriblemente plano en las historias y en la propia construcción de los personajes; falta tensión, emoción, conflicto…. Para colmo, en la parte final lo convierte casi en un folletín a partir de las relaciones adúlteras de alguno de los protagonistas.

Es una pena porque en los libros anteriores este escritor, nacido en Zanzíbar pero que vive en Inglaterra desde hace medio siglo, se centraba bastante en el contexto tanto geográfico como histórico, algo que ha dejado casi totalmente de lado en este.

Desde luego por este libro no le hubiesen dado tan codiciado premio.

 

Abdulrazak Gurnah, Un largo camino. Traducción Rita da Costa.

 

 

 

lunes, 10 de noviembre de 2025

Huyendo de Buchenwald

 

Desde luego en la literatura francesa hay muchos y buenos ejemplos del tipo de libros como el que comento. Es una literatura de no ficción en la que se utilizan materiales históricos y a partir de ellos se construyen magnificas y muy bien contadas historias. Vuillard o Echenoz son dos buenos ejemplos además de cosas de Carrère.

En este caso, Cingal ha escogido el episodio poco conocido de la huida de tres prisioneros del campo de concentración de Buchenwald, un campo en el que se recluía principal, aunque no exclusivamente, a prisioneros militares y políticos.

En agosto de 1944 entraron en el campo 37 oficiales de inteligencia del bando aliado, ingleses y franceses en su mayoría, que estaban condenados a muerte. El libro cuenta todo lo que tuvo que pasar en bastante poco tiempo para que tres de ellos lograran escapar. También, lógicamente, muestra las condiciones de todo tipo en las que se vivía en el campo. Curiosamente, el primer capítulo lo dedica a todo el proceso que se estaba siguiendo en las instalaciones preparadas para ello para lograr una vacuna contra el tifus, enfermedad que transmitían los piojos tan abundantes en ese tipo de lugares.

En el libro aparecen varios personajes que luego han sido conocidos e incluso famosos como Stéphan Hessel (uno de los tres que logran huir), Eugen Kogon (autor de un magnífico libro sobre los campos que comenté hace años en el blog), Imre Kertész (premio Nobel de literatura) o Jorge Semprún. Estos dos aparecen simplemente mencionados como prisioneros. Los otros dos tienen mucha presencia en la narración.

El libro, al estar centrado en la búsqueda de la forma de huir, no resulta demasiado horroroso como suele suceder en otros textos que abordan los campos de concentración nazis. No obstante, no faltan algunos fragmentos de violencia explícita como, por ejemplo, cuando explica la forma de matar colgando de un gancho, lo que producía una muerta lenta y horrible,

El libro está bien escrito y con una narración ágil, pero tiene el problema, al menos para mí como lector con no demasiada memoria, de que abusa del uso de nombres en toda la parte central, lo que hace la lectura un tanto complicada y también que pierda interés, interés que, eso sí, retoma cuando se acerca el momento de la huida.

Recomendable sobre todo por ser un tema poco tratado (bueno, en el cine sí se han hecho varias películas sobre él).

 

 Grégory Cingal, Los últimos de la lista. Traducción Patricia Orts