El autor trabaja en El País como corresponsal
de Asuntos Globales, es decir, es un periodista especializado en los temas que
aborda en este pequeño libro por su formato y extensión, 178 páginas, pero
grande por su interés.
Se enfrenta Rizzi a la tarea de hacer una síntesis de
la situación actual del mundo basada en una idea fuerza o tesis que atraviesa
todo el texto y a la que dedica nada menos que 30 páginas de Prólogo: Hoy en el
mundo se está produciendo una revancha en un doble sentido; por un lado, la de
unos países que se han considerado tratados como segundones y, por otro lado,
la de una clases sociales que se han visto perjudicadas por la globalización
capitalista en unos casos o por las tremendas desigualdades cuando sus países
han comenzado a mejorar.
Para tratar el tema, el autor ha dividido el texto en
cuatro partes que enuncio porque el título ya da una idea bastante acertada de
su contenido.
Las tribulaciones de Occidente.
Aquí se centra casi exclusivamente en Estados Unidos y la Unión Europea con una
visión bastante pesimista sobre todo sobre el papel de la segunda.
Las reivindicaciones de Oriente.
Aquí son China y Rusia las protagonistas como potencias que aspiran a que se
les reconozca su papel y su importancia. Especial atención a lo que está
haciendo China sobre todo en África. También hay algún apunte sobre Oriente
Próximo.
Los anhelos del sur global.
Dedicado a La India, Latinoamérica y África. A estos les dedica la mitad de
espacio que a los otros dos capítulos lo que ya resulta significativo.
Cierra con un Epílogo en el que intenta
plantear alternativas y posibles soluciones a algunos de los problemas antes
tratados.
Como se ve, Rizzi se plantea analizar el estado del
mundo sin dejar ninguna parte fuera. Esta es en mi opinión la mayor virtud del
libro. A esto se unen otros aspectos enormemente positivos como son: la calidad
de los análisis, la capacidad de síntesis, la gran cantidad de información -se
puede decir que cada párrafo es importante-, pero sin atiborrar al lector de
datos que suele ser el problema de muchos libros. En fin, un texto claro,
comprensible y que, eso sí, deja cierto mal sabor de boca para un lector occidental
al ver lo que se nos viene encima.
Dos anotaciones más. En el capítulo de propuestas me
parece que Rizzi se muestra poco realista porque, teniendo en cuenta la
polarización que ha apuntado antes, no me parece que sean posibles muchas de
las medidas que apunta y que requerirían la colaboración de fuerzas políticas
hoy muy enfrentadas. Por otra parte, me ha gustado mucho la referencia al
trabajo de Branko Milanovic, al que en este blog le he dedicado algún
comentario, por ser el primero que veo que plantea de forma clara cómo han disminuido
las desigualdades a nivel mundial. (Esto podría ser objeto de un comentario más
largo, pero no es el momento ni el lugar).
Para finalizar reproduzco dos fragmentos y una frase que me parecen interesantes y significativos de las ideas del libro:
“(…) hay un objetivo que, pese a no ser tangible y brutal como una anexión, se eleva por encima de los otros por su importancia totémica. Es el cambio de los valores de referencia del sistema global, para sepultar el universalismo de los derechos humanos y de la democracia, y consagrar la soberanía de los Estados en el centro absoluto de las relaciones internacionales y el derecho de estos por encima de los derechos individuales.” (p.13)
“En este punto se produce una convergencia de intereses perversa. A la voluntad polarizadora de gobiernos, partidos, activistas o medios se suma el modelo de negocio de las plataformas digitales, que promueven los mensajes polarizadores, conscientes de que el encono, la indignación o la reafirmación emocional de los convencimientos hipnotizan más que la dialéctica matizada y sosegada. Esa hipnosis es nuestro tiempo, y su dinero. Su beneficio es inversamente proporcional a la calidad democrática del debate.” (p. 155-156)
“Estos desarrollos no deben inducir al catastrofismo.”
(p.140)
Visto lo visto, al catastrofismo no sé, pero a un
cierto pesimismo desde luego que sí.
Un libro muy recomendable. No es fácil poder entender
tantas cosas con tan poco espacio.
Andrea Rizzi, La era de la revancha.
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