lunes, 14 de julio de 2014

Corta y muy original



Son solo 58 páginas. No hay puntos, solo comas; no hay pausas, apenas se respira. Es un gran ejercicio de estilo, pero es algo más. Es un trozo de nuestra violencia cotidiana. Sería titular en la prensa por lo absurdo, pero como siempre pasa se olvidaría enseguida.
De las crítica puestas en la contraportada: “Hace falta algo más que talento para atraparnos, arrastrarnos y soltarnos de golpe solo al llegar la última palabra. Es breve, pero tan tenso que resulta suficiente. No se trata de una investigación, sino de u n gesto de repulsión sublimado por la escritura. Mauvignier no denuncia a nadie, pero su relato es el más terrible de los actos de acusación”. (Pierre Assouline, La république des livres)
No hay nada mejor que añadir. Otra vez, y van tres, este escritor da muestras de que es diferente y anima a seguir buscando traducciones.
 
Laurent Mauvignier, Lo que yo llamo olvido

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