miércoles, 9 de diciembre de 2015

Apreciando los relatos




Decía hace poco en el blog al comentar Canadá que había sido un acierto retomar la lectura de la obra de Ford. En esa línea he seguido con esta colección de relatos recientemente publicada.
Aunque nunca he sido aficionado al género del relato, poco a poco voy entrando en él y descubriendo que tiene cosas muy interesantes. En este caso, de las cuatro historias que componen el libro las dos últimas me parecen especialmente buenas. Todas tienen en común el paso anterior del huracán Sandy con la consiguiente destrucción y también que sus coprotagonistas son ex del protagonista principal, Frank Bascombe: alguien que le compró un piso cuando Frank se dedicaba a la venta inmobiliaria, una mujer que vivió en el piso que ahora habita Frank y que quiere visitarlo, su primera mujer que padece una grave enfermedad y, finalmente, un antiguo amigo que también está gravemente enfermo.
Con estos mimbres Ford va tejiendo unas historias en las que habla sobre todo de la muerte, del envejecimiento, de  la enfermedad, del deterioro sufrido por una comunidad a causa del huracán, e incluso de Obama, en positivo, y del Tea-Party, en negativo.
Derrocha ironía y un peculiar sentido del humor que hace que resulte gratificante la lectura a pesar de que por momentos toca temas complicados con aspectos bastante dramáticos. Obviamente, está lejos de la riqueza de su última gran novela, pero es algo más que una obra menor.
Dejo el enlace a un artículo en La Vanguardia del propio Ford hablando de su obra y al buen comentario de Sergi Sánchez en ElPeriódico.




Richard Ford, Francamente, Frank

1 comentario:

  1. El otro día compre el libro. Es un autor que me gusta mucho, de los americanos referentes a seguir.
    Un saludo.

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