sábado, 2 de octubre de 2021

Demasiado irregular

Aunque no he leído demasiado de Ramírez, sí lo suficiente para saber que es un buen escritor; otro de los buenos escritores en castellano del otro lado del Atlántico. También lo recuerdo como político. De hecho el único libro que aparece en el blog es Adiós muchachos dedicado a hacer un análisis crítico de la revolución sandinista en la que tuvo un papel muy destacado ya que llegó a ser vicepresidente de Nicaragua.

El que ahora comento está en las librerías en la sección dedicada a la novela negra, pero creo que es un texto que va mucho más allá de ese género. Ramírez vuelve a la crítica de lo que está pasando en su país. En este caso se centra en las manifestaciones que tuvieron lugar hace poco de estudiantes que luego se generalizaron a otros sectores de la población.

La novela comienza con el regreso a Nicaragua de Dolores Morales, un inspector de policía que ha protagonizado otras obras del autor. En su país la situación es muy tensa y hay una gran represión dirigida por un tal Leónidas, alguien que en su día estuvo combatiendo a los sandinistas en la contra, y que tiene en Tongolele a uno de sus principales apoyos gracias también a que su madre, Zoraida, es una adivina que colabora con el poder. Hay, además, un conjunto de secundarios que tiene su importancia en la trama.

Para mi gusto esta novela tiene un problema que es su extensión, no tanto por sus 336 páginas densamente editadas, sino porque sobran muchas subtramas que no están bien articuladas y que despistan del eje principal de la novela que no es otro que la represión que se ejerce en ese país sobre cualquier movimiento opositor y que lo aleja de lo que pueda ser una verdadera democracia.

Ramírez da una imagen muy positiva de los miembros de la iglesia católica que salen, que son varios y todos colaboran tanto con Morales como con los opositores. En esta línea uno de los mejores momentos del libro es la diatriba que hace el obispo contra el régimen en el capítulo 5.

Lo mejor de la novela es sin duda el lenguaje que utiliza Ramírez y la buena construcción de los diálogos. De hecho, en un momento determinado me di cuenta mientras la leía de que estaba siendo absorbido por la forma en la que me contaba algo que sin embargo no me estaba interesando demasiado.

Por lo dicho hasta aquí, no me atrevo a recomendarla sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de obras que se han editado recientemente de igual calidad, pero de mayor interés.

Hay una interesante entrevista con Clara Morales en infolibre.es.

Sergio Ramírez, Tongolele no sabía hablar.

 

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