miércoles, 13 de diciembre de 2023

Un caso poco conocido


Que Sands es un magnífico investigador se comprueba leyendo cualquiera de su dos libros anteriores, tanto en Ruta de escape como en Calle Este-Oeste lo ha puesto sobradamente de manifiesto, pero es que, además, es un magnífico narrador y es capaz de contar esas investigaciones de una forma ágil haciendo que el lector se enfrasque en la lectura sin pensar en otras cosas.

Desgraciadamente no es lo que sucede con este tercer libro que leo del autor. El tema me parece muy interesante: en 1973 los habitantes de la isla de Pero Banhos, un isla situada en el Océano Índico, fueron reubicados en la isla Mauricio por necesidades estratégicas de los Estados Unidos que iban a montar una base en la isla de Diego García. A partir de ahí, tras una serie de cambios de dependencia político-administrativa que no vienen ahora a cuento, estos desplazados iniciaron un litigio que en 2108 llegó al  Tribual de La Haya, momento en el que intervino Sands como abogado de los demandantes que utilizó a uno de ellos, la señora Lisaby Elysé, como testigo.

El libro lo dedica el autor a explicar un montón de cosas sobre derecho internacional en general, y sobre este caso particular. Para ello divide el texto en cinco capítulos cada uno encabezado con una fecha: 1945, 1966, 1984, 2003 y 2019. Vemos así explicar desde la Carta del Atlántico y la creación de la O.N.U, al proceso de descolonización de los territorios británicos en el Índico, hasta concluir con el proceso del litigio antes mencionado.

En principio, todo muy interesante. Sin embargo, esta vez el autor creo que ha perdido su agilidad narrativa habitual y ha escrito un texto demasiado técnico y demasiado prolijo. Hay muchísimo derecho internacional no siempre fácil de entender e incluso de seguir a veces por la confusión, al menos a mí me ha pasado, con las fechas.

Es un libro de casi 300 páginas, con muchas informaciones interesantes y con una fuerte carga crítica a la colonización y la descolonización hecha por los británicos, pero quizá le falta cierta capacidad de síntesis y una mayor presencia de los litigantes.

Para terminar quiero destacar una idea del autor que me parece muy apropiada para la situación que se da en nuestro país:

“La sentencia vino a confirmar la importancia que puede llegar a tener la composición de la Corte Internacional, como, de hecho, la de cualquier órgano judicial”. (p. 14)


Philippe Sands, La última colonia. Traducción J. Ramos Mena.

 

 

 

 

 

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