lunes, 10 de abril de 2017

Por otra forma de narrar



Desconocía la existencia de este director de cine británico que por los problemas en su país terminó rodando en Estados Unidos, Suecia o Francia. No había oído hablar de ninguna de sus películas ni de sus planteamientos. De hecho cuando compré este libro pensaba que era un análisis de la crisis actual de los medios de comunicación. Estaba equivocado al menos en parte.
El texto de Watkins es una verdadera diatriba contra el sistema en general, y contra todo lo que se refiera a los medios de comunicación en particular.
Watkins utiliza dos conceptos que repite incesantemente a lo largo del libro que son: el Reloj Universal y La Monoforma. Con ellos pretende describir cuál es la situación de todos los medios (MMA). De manera muy sintética se podrían resumir en: la homogeneización y uniformización que está produciendo la globalización y la existencia de una sola forma de narrar y montar siguiendo el modelo hollywoodiense. A partir de ahí hace una crítica demoledora de todo lo que se produce en cine y televisión insistiendo también en otra idea muy recurrente a lo largo de todo el texto que es la de la necesaria participación del público en el acto de la creación. Así:

“No solo es posible establecer una relación creativa y democrática con el público, sino que es además condición indispensable para que puedan surgir nuevas formas y procesos cinematográficos.” (p. 127)

Además, plantea la necesidad primordial de crear nuevas formas independientemente de los contenidos que se quieran abordar:

“Sin embargo, tal y como ya he subrayado, en muchos sentidos la crisis de los medios nace de esta contradicción: si no somos capaces de ir más allá del contenido para abordar decididamente el debate sobre las formas y los procesos jerárquicos que reproducimos, y a través de los cuales presentamos al público las voces alternativas, ¿en qué nos distinguimos de los MMA? (p. 138) (Subrayados en el original)

En varios momentos hace alusión a algunos elementos de esa nueva narrativa aunque creo que lo mejor es ver alguna de sus películas o de sus cortos para entenderlo mejor. Espero poder hacerlo próximamente.
Evidentemente, todo su mensaje tiene un marcado contenido político aunque eso sí sin una tendencia claramente marcada (parece más bien libertario). Así, por ejemplo:

“Si realmente estamos dispuestos a tomarnos en serio las advertencias sobre la devastación del medio ambiente a escala planetaria, sobre la brecha cada vez mayor que separa a ricos y pobres, sobre la nueva fase de la carrera armamentística (con el desarrollo por parte del Pentágono de una nueva generación de armas, que incluye gigantescos drones hipersónicos y bombas lanzadas desde el espacio –“bombardeo cinético”-, que permitiría a Estados Unidos aniquilar a sus enemigos a la velocidad de la luz sin salir de su territorio)…, tenemos que volver a pensar, simultáneamente, qué uso hacemos de los medios de masas en general y de la televisión, el cine comercial y la radio en particular.” (.p 157-158) (Subrayado en el original)

A mí particularmente me han resultado muy interesantes las críticas que hace a la información en la televisión que, además, comparto en su totalidad. El ejemplo que pone con la cobertura del 11 de septiembre está muy bien traído.
En general es un libro con buenas aportaciones para la reflexión, pero que tiene el defecto de, por un lado, insistir demasiadas veces en las mismas ideas machacando en exceso con los conceptos que mencionaba antes y,  por otro lado, no ofrecer demasiados ejemplos de materiales hechos con otra forma alternativa. También creo que exagera en algunas de las críticas porque llega a dar la impresión de que para él la única creación válida es aquella que tenga como objetivo el cambio social.
Se puede leer un comentario muy favorable, y con el mismo grado de radicalidad, en cinesinautor.blogspot.com




Peter Watkins, La crisis de los medios. Traducción Emilio Ayllón.

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