jueves, 5 de enero de 2023

Novelón



El verano pasado descubrí a este escritor estadounidense nacido en Nueva York y leí casi seguidos dos de sus libros. He querido dejar pasar algo de tiempo para no quedar demasiado enganchado porque es de esos autores que procuran “Una lectura compulsiva”, debido a que “es un maestro de la narrativa” y a que se trata, en este caso, de “Una historia espléndidamente contada”. Todos los entrecomillados corresponden a fragmentos de críticas que la editorial reproduce en la contraportada y que comparto plenamente.

Desde luego Kennedy no obtendrá el Premio Nobel de Literatura, pero me imagino que cuenta con muchos lectores que, como yo, siguen su obra porque es capaz de contar historias interesantes creando además un conjunto de personajes creíbles y con los que resulta fácil identificarse.

En esta En busca de la felicidad se centra en los años cincuenta del siglo pasado, en la época del macartismo, pero para llegar a ese momento presenta antes a un personaje, Kate, que cuenta en primera persona su historia actual para ir poco a poco llegando a conocer a Sara, la auténtica protagonista de la novela, que contará también en primera persona todo lo que le sucedió en esos años cincuenta. Además de estas dos mujeres hay otros personajes importantes: Eric, el hermano de Sara, un escritor y guionista a través del cual veremos actuar lo peor del macartismo y de la represión en esa época; o Jack protagonista de la gran historia de amor con Sara que es la base de la novela.

Con estos cuatro personajes perfectamente trazados y algunos secundarios también interesantes, Kennedy escribe un auténtico novelón de 600 páginas que se leen no diré que de un tirón, pero sí con ese carácter un tanto compulsivo que se dice en uno de los fragmentos reproducidos antes.

Además de un magnífico creador de personajes, Kennedy es también un gran narrador que hace que la trama tenga los giros suficientes y los momentos de tensión necesarios para mantener viva la atención del lector en todo momento gracias, sobre todo, a que lo que cuenta resulta muy creíble hasta en aquello que puede resultar un poco folletinesco, que lo hay. En esa verosimilitud juegan un importante papel los diálogos que son, además, un elemento clave para lograr la agilidad narrativa que tienen todos sus libros.

Por otra parte, también suele introducir en sus historias críticas a distintos aspectos de la realidad. Si en uno de los anteriores lo hacía con los antiabortistas, aquí se centra en los republicanos, a raíz del macartismo,  y en algunos comportamientos de la Iglesia católica.

En fin, un libro que se lee con fruición sobre todo para quien esté dispuesto a disfrutar con historias normales contadas de forma tradicional. Evidentemente, no estamos ante un creador que busque nuevos caminos para la literatura ni nuevas formas de expresión, pero para eso ya hay otros que también merece la pena leer. Creo que lo más importante cuando se lee es ser capaz de disfrutar e incluso de sentir con lo que se nos cuenta y eso se puede lograr con muy diferentes formas de escritura.

 

Douglas Kennedy, En busca de la felicidad. Traducción Esther Roig.

 

 

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