martes, 23 de mayo de 2023

Espectacular inicio de carrera literaria


Realmente esta no solo es una magnífica novela, sino una manifestación más de que estamos ante la eclosión de un grupo de jóvenes escritoras, tanto aquí como al otro lado del Atlántico, que demuestran madurez desde sus primeras obras.

Hace tiempo que veo la portada de este libro en diferentes tuits y siempre con alabanzas de todo tipo. La misma editorial la está promocionando mucho. Después de leerla tengo que decir que no me extraña nada de eso. Bendicho ha escrito un libro muy bien construido y de una gran dureza sin que haya escenas especialmente fuertes, pero en el que la tensión está presente a lo largo de toda la historia.

Esta es sencilla. En una familia que habita en una masía, de la que no sabemos ni el lugar ni el momento histórico, uno de los hijos ha sido asesinado. A partir de ahí, en los 13 capítulos en los que está dividido el libro, los miembros de la familia, padres y tres hijos, el cura del pueblo, la dueña del prostíbulo y su hijo y hasta el propio muerto, nos van a ir contando cómo eran las relaciones entre ellos, qué problemas tenían, cómo era el trato que recibían unos de otros e incluso cómo había sido el que algunos, como por ejemplo la madre, había recibido de sus padres y que relación tenían estos entre sí. En unos momentos se narra en presente y en otros se como hechos que sucedieron.

Como ya se puede deducir por lo anterior todo está plagado de violencia psicológica y también física en algunos momentos, de malos tratos, abusos sexuales, incesto, etc., en un ambiente de miseria y de hambre a veces. Una familia muy cerrada en sí misma en un mundo rural también muy cerrado y agobiante.

Un tema bastante sórdido muy bien reflejado por la autora, quizá con el único problema de que el lenguaje que utilizan los personajes parece mejor que el que deberán tener dada su condición (evidentemente hablo de una obra traducida del catalán, aunque me imagino que la traductora habrá mantenido el estilo). Además, y aquí está para mí el verdadero mérito de esta novela, cada capítulo, escrito siempre en primera persona, va aportando poco a poco información de los distintos personajes y de sus relaciones. Esto puede ser un problema para el lector, desde luego para mí lo sería si no hubiese ido tomando notas desde el principio. Bendicho demuestra con esta construcción un buen dominio de la técnica narrativa pues cada cosa se va conociendo cuando se necesita, cuando parece que es el momento adecuado.

A mí me ha dejado impactado que alguien tan joven, nació en 1995,  sea capaz ya de narrar de esta forma.

Dejo a continuación un ejemplo de esa violencia; en este caso habla la madre de la familia aludiendo a su propia madre:

 

“Yo todavía tenía las manos sucias de tierra, pero tenía ganas de acariciarla y lo hice. Y ella, como un animal herido, como por instinto, dio un paso atrás cuando le acerqué la mano, porque la bestia la había transformado tanto que irreflexivamente me temía a mí, su propia hija. La había magullado tanto que si ahora cierro los ojos a duras penas recuerdo su cara limpia y sus facciones pulidas”. (p. 93)

 

Un libro absolutamente recomendable. Diferente, muy bien escrito y que te mantiene en tensión a lo largo de toda la lectura.

Hay una reseña muy completa e interesante de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Nota: Este fin de semana vi la película Suro y ayer mismo acabé de leer el libro Neorrancios. Sobre los peligros de la nostalgia. Me llama la atención esta casualidad porque tanto en la película, que se desarrolla en una masía,  como en el libro se habla sobre le vuelta al pueblo y no siempre como algo especialmente positivo o agradable. Pero este es otro tema del que hablaré pronto en el comentario del libro.

Núria Bendicho Giró, Tierras muertas. Traducción Ana Crespo. 

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