martes, 11 de junio de 2019

“Gracias a todos”: Nuevas citas XVIII


Hace ya siete años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se tercia, tal y como hice en el libro.

Nación, nacionalismo, patria.

Había que ser un completo idiota, y más que eso, para caminar por campos minados y creer que lo hacía por la nación, a la que nunca conocí personalmente.
Yoram Kaniuk, 1948

Al himno estadounidense siguió La Marsellesa y yo puse ostensiblemente los pies sobre la mesa. Un joven se acercó y me dijo en inglés que aquella actitud era abominable. Yo le contesté que nada parecía tan abominable como los himnos nacionales.
Luis Buñuel, Mi último suspiro

  
El odio no era nada personal, era estructural. Las personas ya no tenían rostro, no tenían ojos, no tenían nombre ni profesiones; se habían convertido en azerbaiyanos, armenios, georgianos y rusos. Las personas que se conocían de toda la vida olvidaron cuanto sabían de los demás. Solo quedó la presunta nacionalidad.
Olga Grjasnowa, A los rusos les gustan los abedules


“Una nación (…) es un grupo de personas unidas por un error común acerca de sus antepasados y una aversión común a sus vecinos”
Karl Deutsch citado en
Gilad Atzmon, La identidad errante


“Una nación es un grupo de personas unidas por un error compartido sobre su ascendencia y un desagrado compartido sobre sus vecinos.”
Karl Deutsch citado en
Ramón Lobo, Todos náufragos



(..) mi vocación es la de un cosmopolita y un apátrida, que siempre detestó el nacionalismo y que, desde joven, creyó que, si no había manera de disolver las fronteras y sacudirse la etiqueta de una nacionalidad, esta debería ser elegida, no impuesta. Detesto el nacionalismo, que me parece una de las aberraciones humanas que más sangre ha hecho correr, y también sé que el patriotismo, como escribió el doctor Johnson, puede ser “el último refugio del canalla”.
Mario Vargas Llosa, El pez en el agua


Hablando ya sin rodeos y con claridad  del “propio país”: existe un país en que nací, cuyo ciudadano soy y, sobre todo, en cuya maravillosa lengua hablo, leo y escribo mis libros; sin embargo, este país jamás ha sido mío; más bien, yo he sido suyo, y durante cuatro décadas demostró ser mucho más cárcel que hogar.
Imre Kertész, Un instante de silencio en el paredón. El holocausto como cultura


En nuestro mundo moderno – o postmoderno- las fronteras no parecen transcurrir tanto entre grupos étnicos, naciones o confesiones, cuanto entre concepciones del mundo y actitudes ante el mundo, entre razón y fanatismo, entre paciencia e histeria, entre creatividad y deseo aniquilador de poder.
Imre Kertész, Un instante de silencio en el paredón. El holocausto como cultura


Pero aún sigo convencido de que es preciso tener compatriotas en las calles de pueblos y ciudades, si se quiere gozar a fondo de los compatriotas espirituales, y de que un internacionalismo cultural sólo puede crecer pujante sobre el terruño de la seguridad nacional.
Jean Améry, Más allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la violencia


Digámoslo una vez más con toda claridad: no existen “nuevas patrias”. La patria es la tierra de la infancia y de la juventud. Quien la ha perdido, se convierte en un errabundo, por más que en el extranjero haya aprendido a no tambalearse como un borracho y a hollar el suelo sin temor.
Jean Améry, Más allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la violencia


El nacionalismo siempre es una “enfermedad de la nación”. ¿Qué quiere decir esto? Que la nación convertida en ideología de combate, en identidad agresiva, es una desviación patológica del sentimiento de pertenencia nacional.
Sami Naïr, El desengaño europeo


“Apenas importa saber si ese nacionalismo es la expresión de una nación real o imaginaria. El nacionalismo es una pasión, decidida a crear la entidad que invoca”
Raymond Aron citado en
Tony Judt, El peso de la responsabilidad


El amor a la patria, el arrodillarse y todas esas cosas tan empalagosas. ¿Quiere saber mi opinión? La patria está donde nos encontramos bien. Esa es mi opinión. No existe otra patria.
Knut Hamsun, Por senderos que la maleza oculta


“Por supuesto, dijo Z., “toda nación necesita relatos fantásticos sobre los que edificar su historia. El templo destruido, la doncella en la hoguera, la batalla de Kosovo, los partisanos en los bosques…, para eso, el colectivo no necesita ningún novelista. Pasando por alto los hechos, la nación se inventa lo que le viene bien y se lo cree. En vano intentan arqueólogos e historiadores sacarla de su error.”
H.M. Enzensberger, Reflexiones del señor K. o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes


Nací en un planeta, no en un país. Sí, claro, también nací en un país, en una ciudad, en una comunidad, en una familia, en una maternidad, en una cama,… Pero lo único importante, para mí y para todos los seres humanos, es el hecho de haber venido al mundo. ¡Al mundo! Nacer es venir al mundo, y no en tal o cual país, ni en tal o cual casa.
Amin Maalouf, Los desorientados


En estos últimos años he pensado mucho en la legitimidad del sentimiento nacional. En la era del átomo, la radio y el avión, quizá no sea más que una hermosa idea fantasmal. Es posible. Sin embargo, hasta que llegue la hora de las grandes uniones nacionales, más allá de razas y lenguas, todos tenemos derecho a ella, aunque se hayan superado los pasos fronterizos entre naciones. Lo que vemos hoy en día es la expresión más repugnante del sentimiento nacional: el nacionalismo imperialista.
(…)
Así pues, mientras la humanidad no logre realizar los ideales de una coexistencia social supranacional, creo tener derecho a aferrarme a la idea de la nación húngara.
Sándor Márai, Lo que no quise decir


Uno puede sentirse en casa en todas partes. Dadme una mesa de trabajo y ya tengo mi patria. No creo ni en el pasaporte –cosa ridícula- ni en la bandera. Creo profundamente en el privilegio del encuentro con lo nuevo.
George Steiner, Un largo sábado. Conversaciones con Laure Adler

La nacionalidad es una reducción de la humanidad: una legitimación de cierto egoísmo. Si se acepta que tengo que ser más solidario con el grupo de los que tienen el mismo documento que yo, el principio de exclusión ya está sentado. Quien excluye a los de otro país puede, por el mismo procedimiento, excluir sin mucha dificultad a los de otra provincia, otra religión, otra elección sexual, otra raza, otras nociones sobre el consumo de gaseosas en el desayuno.
Martín Caparrós, El hambre

El nacionalismo lo corrompe todo. Es el mal que coloca una única patria por encima de todas las demás. Nos involucramos de lleno en las necedades que cometen nuestras naciones. En el patriotismo. ¿De qué nos sirve ser honrados y bienintencionados si encima de nosotros hay un puñado de personas que no quieren serlo? Ellos miran las banderas extranjeras con la hostilidad del toro que se abalanza contra la tela roja. Tenemos que romper con el patriotismo. ¡Al diablo con las naciones!
Stefan Zweig, Clarissa

No hay nada más estrecho de miras que el chovinismo o el racismo. A mí todos los seres humanos me resultan iguales. Papanatas los hay por todas partes y a todos los desprecio por igual. ¡Nada de mezquinos prejuicios! 
Karl Kraus, Dichos y contradichos


La religión, la moral y el patriotismo son sentimientos que solo se manifiestan cuando son ofendidos.  El lenguaje cotidiano, según el cual  a alguien muy susceptible “le gusta” ofenderse, tiene razón. Aquellos sentimientos no aman nada tanto como su agravio y se animan poderosamente al quejarse del ateo, del inmoral y del apátrida. El gesto de quitarse el sombrero ante la custodia no los satisface tanto como arrancárselo de la cabeza al disidente o miope.
Karl Kraus, Dichos y contradichos


El nacionalismo es el amor que me une a los estúpidos de mi país, a los que ultrajan mis costumbres y a los que violan mi lengua.
Karl Kraus, Dichos y contradichos


No hay Estado no nacionalista, en la medida en que para existir ha tenido que inventar un pueblo y las condiciones (territoriales, jurídicas, culturales…) incuestionables de su unidad y las medidas para defenderla. Cuando alguien denuncia el nacionalismo, tiene que estar dispuesto a asumir las consecuencias últimas de su crítica y aceptar que se puedan cuestionar, también, las condiciones de existencia que aseguran la unidad de su propio estado.
Marina Garcés, Ciudad princesa


Reaccionarios y conservadores, al promulgar el nacionalismo, aspiran a destruir y erradicar lo que las personas comparten a nivel profundo. Al afirmar la supremacía del carácter nacional, el nacionalismo reaccionario reconoce sólo lo superficial, lo común de la vida de la nación, y destruye lo profundo que es propio de los seres humanos.
Vasili Grossman, Que el bien os acompañe


Sencillamente, es raro oír hablar a un progresista de la patria. El concepto de patriotismo se considera conservador por varios motivos.
Luis Arroyo, Frases como puños. El lenguaje y las ideas progresistas


Hace apenas cien años que los cristianos del Líbano decían de buen grado que eran sirios, los sirios andaban mirando hacia La Meca para buscarse rey, los judíos de Tierra Santa se proclamaban palestinos… Y, Botros, mi abuelo, se decía ciudadano otomano. Aún no existía ninguno de los Estados del actual Oriente Próximo, ni siquiera se había inventado el nombre de esa comarca; solía decirse: la Turquía de Asia.
Desde aquellos tiempos, mucha gente ha muerto por patrias supuestamente eternas; y otra mucha morirá mañana.
Amin Maalouf, Orígenes


Los cambios de régimen y nuevos nacionalismos han creado un número inauditamente elevado de estados cuyos políticos necesitan de una tradición histórica pública o una historia nueva y útil para fines patrióticos. Esto resulta especialmente obvio en los estados recién independizados, algunos de los cuales han sido fundados y dirigidos, de hecho, por historiadores profesionales o, mejor dicho, predicadores de un mito nacional; por ejemplo, Croacia y Georgia.
Eric Hobsbwam, Un tiempo de rupturas. Sociedad y cultura en el siglo XX



A los árboles no les queda más remedio que resignarse, necesitan tener raíces; los hombre, no. Respiramos la luz, codiciamos el cielo, y cuando nos hundimos en la tierra es para pudrirnos. La savia del suelo natal no nos entra por los pies para subirnos hasta la cabeza, los pies sólo nos sirven para andar.
Amin Maalouf, Orígenes



La frase: “Estoy orgulloso de ser alemán”, o esta otra: “Estoy orgulloso de ser judío”, me suenan a la misma insensatez que si alguien dijera: “Estoy orgulloso de tener los ojos castaños.”
Ernst Toller, Una juventud en Alemania


Como ya pasaba en el libro, este es uno de los temas sobre el que más citas hay. La razón es muy clara: soy un antinacionalista racional y visceral. La casi totalidad de las citas están en contra del nacionalismo. Sin embargo, he de decir que en el reciente proceso catalán me he manifestado más de una vez por el reconocimiento de su derecho a la secesión e incluso he deseado que esta se produjese. Hay más de una razón que lo explica; aquí solo mencionaré la que tiene que ver con el epígrafe: siendo antinacionalista, lo soy de cualquier nacionalismo y, por lo tanto, también del español, con lo que no entiendo por qué otro territorio no puede constituirse en estado si  así lo deciden sus habitantes. ¿Quién ha decidido que en España solo hay una nación?

La relación que hace Kaniuk entre nación y guerra es muy típica de los antinacionalistas, (y muy acertada).
De acuerdo con Buñuel. Además, suelen ser horribles musicalmente hablando.
De Vargas Llosa ya puse muchas citas en el libro. Últimamente al enfrentarse al nacionalismo catalán, que indicaría coherencia con su pensamiento de siempre, lo hace apoyando a los nacionalistas españoles, lo que ya no es tan coherente.
Firmo lo de Kertész. Es una parte importante de mi vida. La segunda del mismo autor, aunque no hable exactamente del nacionalismo, me parece muy clarividente.
Améry ofrece una visión más sentimental y culturalista. En la misma línea que Márai un poco después.
La historia como “partera” de la patria o la nación es otro gran clásico. Aquí hay más de un ejemplo.
Kraus, en las tres citas, tan directo y rotundo como siempre.
La cita de Marina Garcés lleva directamente a preguntas como: ¿Puede haber nación sin nacionalismo? ¿Y estado sin una única nación?
Se ve que Pablo Iglesias ha debido de leer a Luis Arroyo porque últimamente utiliza mucho lo del patriotismo y la patria. A mí me siguen rechinando ambas palabras; el franquismo nos vacunó a muchos para toda la vida.
Cuánta sabiduría hay en las citas de Maalouf.




1 comentario:

  1. En general estoy de acuerdo con todas las citas, pero querría resaltar la de Gjasnowa, en mis viajes coincido con gente de todas partes de España y nunca comprendí que un idioma pudiera unir más que un modo de vida o unas ideas. También me sigue alucinando que si hago un elogio de los Pirineos, la gente, especialmente del País vasco y Cataluña, me pregunte de donde soy, y se descoloquen cuando digo que de Madrid, deben pensar que tendría que hablar de la sierra de Guadarrama. Por eso muy de acuerdo con Hamsun y Maalouf.

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