viernes, 29 de enero de 2021

Tocando la actualidad argentina

Entre 2018 y 2019 leí todo lo que había publicado la autora hasta ese momento. No la conocía a pesar de que llevaba publicadas varias novelas que, además, habían recibido multitud de premios y se habían hecho varias adaptaciones cinematográficas. Empecé leyendo la última que había publicado, Las maldiciones, y luego de forma un tanto desordenada fui completando el conjunto de su obra. Por eso, esperaba que llegase a España Catedrales que llevaba ya un tiempo publicada en Argentina.

Piñeiro ha sido calificada de “intelectual orgánica de la clase media progresista porteña” por Leo Grande Cobian en su extensísima reseña en evaristocultural.com.ar. No sé si ella aceptará ese calificación, lo que sí creo que se puede afirmar es que en sus novelas refleja bastante bien los valores y las formas de vida de esa clase media. Una clase media que, hay que advertir leído desde España, no coincide sociológicamente con lo que aquí consideremos como tal; allí es menos numerosa y tiene un estatus superior.

En Catedrales tenemos otra vez el protagonismo de personajes de ese grupo social, pero en este caso con unos problemas algo distintos.

La novela parte de la muerte de una joven, Ana, treinta años antes. Una muerte rodeada además de rasgos terribles pues el cadáver apareció descuartizado y quemado. Con este principio se podría pensar que estamos ante una novela policiaca o un thriller, géneros habituales en la obra de la autora y en los que se maneja con gran habilidad. Sin embargo, más allá de que sí hay el elemento de saber qué pasó, la novela se centra en otras cosas en mi opinión más interesantes como son: las relaciones familiares, la presión de la religión sobre ciertas mentes y algún otro que es mejor no mencionar para no hacer spoiler.

Ofrece también esta novela una sugerente forma de contar la historia partiendo de unos capítulos en los que los siete protagonistas van contando diferentes aspectos y momentos; así, poco a poco va avanzando y conociéndose lo que sucedió. Estos protagonistas son: las dos hermanas de la víctima, su mejor amiga del colegio, el hijo  y el marido de la hermana mayor, un investigador y, finalmente, el padre. No se trata exactamente de perspectivismo, aunque lo hay en algunos momentos, sino de ir dando a conocer la historia a partir de las narraciones de estos protagonistas hechas todas en primera persona. Hay también dos elementos bastante novedosos: por un lado, parte de un capítulo está montado a partir de un diálogo en el que solo se reproduce una de las intervenciones dejando la otra con un simple guion; por otro lado, Marcela,  la amiga del colegio, padece una enfermedad rara, amnesia anterógrada, por la que solo recuerda bien lo que sucedió antes de que un golpe se la produjera, el resto, lo inmediato, lo olvida rápidamente lo que le da pie a Piñeiro para construir un capítulo muy elaborado y original.

Como decía más arriba, la parte de thriller tiene relativamente poca importancia porque, además, se intuye enseguida por dónde va a discurrir algo que, creo, a la autora no le preocupa porque su objetivo con esta novela es otro que tiene más que ver con la actualidad social y política de su país en estos momentos.

Si en la última novela que he comentado en el blog se hacía alusión a los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, en esta tampoco sale demasiado bien parada esa religión a partir del comportamiento de algunos de los protagonistas influidos por esas ideas.

Otro buen texto de una escritora que mantiene una línea muy firme y cuyas obras ofrecen siempre temas interesantes y un buen tratamiento literario, sin dejar de ser muy entretenidas.

(Algo que me ha sorprendido es que utiliza la acentuación que ya se ha cambiado de pronombres, diacríticos y términos como solo).

Además de la reseña mencionada, hay otra interesante de Juan G.B. en unlibroaldia.blgospot.com.

 

Claudia Piñeiro, Catedrales.

 

 

 

 

 

 

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