sábado, 5 de abril de 2014

Discutible opúsculo sobre el estalinismo




Libro realmente breve en el que este profesor británico ofrece una síntesis de lo que fueron el estalinismo y su creador. El autor califica de panfleto su obra. Según la RAE, un panfleto, en su acepción menos dura, es un “Opúsculo de carácter agresivo”, lo que como veremos enseguida, no cuadra bien con la visión que ofrece Wood.
Quienes conozcan mínimamente los años de creación y posterior evolución de la URSS no creo que hallen especiales novedades en este librito; quizá, eso sí, disponer en forma breve de la información más relevante. Quienes, como es mi caso, busquen una cierta profundización en lo que fue y significó el estalinismo, quedarán defraudados. Es un texto muy descriptivo y solo en dos ocasiones se dan unas cuantas interpretaciones aunque de forma muy apresurada y superficial: una al hablar del Terror y la otra en el capítulo final que titula, El legado ambiguo.
He leído varios libros sobre la época del estalinismo centrados en la represión. Varios han aparecido ya en el blog y otros lo harán próximamente. Como ejemplos realmente magníficos de lo que supuso esa época están los seis volúmenes de los Relatos de Kolimá de Varlam Shalámov o, desde otra perspectiva y con otro enfoque,  las memorias de la mujer de Bujarin que leí no hace mucho. Detesto a ese personaje y no me vale el que se diga que bajo su mandato la URSS creció, se industrializó y se “modernizó”. Lo mismo pasó en Chile con Pinochet o en España con Franco.
Creo que el autor no ha entendido bien lo que significa la objetividad histórica, y si no, valga este texto que aparece en la página 138:
“Aunque millones de personas quedaron atrapadas en aquella red mortal, también se cuentan por millones los que siguieron con su rutina y sus preocupaciones diarias sin ver nunca el interior de una cárcel o de un campo de concentración rodeado de alambradas.”
¿Podía ser de otra manera en un país tan grande? (en Camboya Pol Pot consiguió reprimir a la inmensa que la mayoría). En Argentina, Chile, España o China, por poner solo algunos ejemplos,  ¿no fue exactamente igual?
En fin, son un despropósito afirmaciones como la citada que restan valor a un libro que, por otra parte, tampoco era nada del otro mundo. Sorprende, además, porque el autor tampoco se muestra como un defensor del estalinismo.
 
Alan Wood, Stalin y el estalinismo

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