jueves, 9 de mayo de 2019

Interesante ciclo narrativo


No es la primera vez que me pasa empezar un ciclo narrativo por el final que es, precisamente, lo que me ha sucedido con el ciclo de Tisma, Ramas entrelazadas, ya que leí hace tiempo El Kapo, es decir, el último en publicarse, y ahora leo El libro de Blam que fue el primero. De todas formas no creo que sea demasiado importante porque cada libro tiene diferentes protagonistas aunque las historias sí que suelen transcurrir en momentos muy parecidos.
Leyendo el comentario que hice de El Kapo hace más de dos años veo que coincido ahora con la magnífica escritura de Tisma (seguramente realzada por un traducción muy buena) y con su gran capacidad narrativa, sin embargo tengo que discrepar  sobre el interés ya que en este caso se ha mantenido a lo largo de toda la novela.
Novi Sad, como en todo el ciclo,  es el espacio en el que se mueven los diferentes personajes algunos de los cuales son más relevantes que el Blam protagonista. Así, su hermana Ester o su amigo Cantimplora. El autor utiliza frecuentemente el flashback y reconozco que a pesar de lo bien que está hecho en alguna ocasión me he perdido un poco. (Obviamente es un problema mío.)
Hay mucho de vida cotidiana antes, en y después de la guerra y un tema que atraviesa toda la novela: la represión de los judíos por parte de las fuerzas de ocupación; tema que aparece de vez en cuando y en el que tiene un papel principal la historia de la mencionada hermana. Eso sí, en comparación con lo que pasaba en El Kapo, donde se expresaba de forma muy abierta la violencia, aquí llega a parecer que recibe un tratamiento que me atrevería a calificar de algo frío.
Extraigo de la magnífica reseña de Montuenga en unlibroaldia.blogspot.com el siguiente extracto que resume muy bien el estilo de la obra:

“La ciudad natal de AleksandarTišma, NoviSad, se convierte en un personaje más dentro del entramado, literariamente complejo aunque muy sencillo en la forma, en el que Tišma envuelve a sus lectores, concienzuda y sibilinamente. Esto es así porque hablamos de una novela impresionista, construida a retazos, en una prosa concisa y sencilla y con todo el oficio y lirismo posibles, donde tanto pasado y presente como acontecimientos, emociones e ideas se entremezclan en un desorden perfectamente organizado. En ella todo es relativo, por ejemplo, no podemos considerarla realista aunque transmite fielmente la realidad.”

Reproduzco también un breve texto de los varios que la editorial ha puesto en su página web porque ofrece otra interesante perspectiva:

“El relato de las vicisitudes humanas del personaje central y de los que le rodean está cargado de ternura, de un lirismo a veces de cortante intensidad”.
Ramón Sánchez Lizarralde, Revista de Libros
En fin, un libro que anima a continuar con el ciclo porque promete momentos intensos e interesantes. Por cierto que de Tisma ha publicado Acantilado una novela corta, A las que amamos, realmente magnífica cuya lectura fue de hecho lo que me animó a conocer más su obra.



Aleksandar Tisma, El libro de Blam. Traducción Luisa Fernanda Garrido y Thiomir Pistelek.

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