martes, 25 de enero de 2022

Muy buen inicio



El año pasado fue un año  en el que descubrí a varias magníficas escritoras algunas, como por ejemplo Andrea Abreu, muy jóvenes. Este año parece que comienza de la misma manera incluso extremando la juventud ya que Duval tiene apenas 21 años y este es, además, su ¡cuarto! libro publicado aunque, eso sí, su primera novela.

El libro, dividido en cinco capítulos que llevan como título cinco de los pecados capitales, tiene dos componentes fundamentales. Por un lado, la descripción y en parte el análisis de dos “okupaciones”, una en el antiguo cine Odeón por unos grupos de extrema izquierda, y la otra en los locales del extinto NO-DO por grupos de extrema derecha. Los primeros con el objetivo principal de organizar actividades culturales para la comunidad de la zona, y los segundos para organizar el reparto de alimentos y ropa a los necesitados del barrio siempre que sean españoles. El segundo componente clave de la novela es la relación entre Ramiro y Santiago, que están entre los que lideran cada uno de los grupos. La mayor extensión en espacio de la novela se la lleva el tema de los grupos, pero la mayor intensidad la alcanza cuando se centra en esa relación homosexual entre dos personas de ideologías tan opuestas.

Hay que reconocer que Duval ha conseguido algo bastante difícil como es evitar caer en el fácil maniqueísmo de presentar a los “buenos” contra los “malos” y, aunque es cierto que entre los ocupantes del local del NO-DO sí hay los típicos personajes de esa extrema derecha violenta y totalitaria, también hay otros que están preocupados por la situación de la gente, si bien todos coinciden en el rechazo de la inmigración.

También es interesante cómo ha planteado los orígenes familiares de los dos protagonistas. Ramiro, hijo de un funcionario de la Agencia Tributaria y de una profesora, mientras que Santiago, el de extrema derecha,  lo es de un basurero y de una madre ausente.

Más allá de estos contenidos y de que se trata de una obra en la que además de pasar cosas hay mucho análisis y crítica detrás, la novela está muy bien escrita y con una gran fluidez. Hay momentos especialmente logrados como la narración de las manifestaciones convocadas por ambos grupos que terminan chocando o la relación entre los dos protagonistas.

Duval tiene un excelente dominio del lenguaje y un gran conocimiento de los típicos temas de discusión dentro de la izquierda (no en vano es licenciada en Filosofía). Ahora bien, ambas virtudes se pueden convertir en pequeños defectos en algunos momentos en los que el lenguaje es demasiado barroco o el debate ideológico prima sobre la historia concreta.

Desde luego es un gran inicio y no creo que tarde mucho tiempo en ofrecernos otra buena obra narrativa.

Por cierto, la novela se enmarca dentro de una serie, Episodios Nacionales, que está publicando la editorial Lengua de Trapo de la que habrá que leer algún texto más porque tiene muy buena pinta.

Hay una entrevista muy interesante de Daniel Arjona a la autora en elconfidencial.com en la que se plantean con mucho detenimiento los problemas ideológicos que aparecen en la novela. Es muy recomendable.

 

Elizabeth Duval, Madrid será la tumba.

 

 

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