domingo, 17 de marzo de 2019

Una Piñeiro un tanto diferente





Con esta lectura termino el ciclo de lectura de las novelas de esta magnífica e interesante escritora argentina. Especifico lo de las novelas pues se acaba de publicar un libro de relatos que leeré próximamente.
Como he dicho en anteriores entradas al comentar las obras de Piñeiro, estoy haciendo una lectura total y absolutamente desordenada. Así, por ejemplo, esta Elena sabe es de 2007 y la tercera que publicó, aunque se acaba de reeditar.
Estamos ante una novela bastante diferente al resto de su producción, tanto por sus temas como incluso por algunos elementos formales.
Por lo que se refiere a los primeros, están por un lado la enfermedad, el Parkinson en este caso, y la dureza que impone en la vida de una persona. También hay lugar para tratar algunos aspectos de la respuesta de la religión a problemas actuales. Además, la relación de la protagonista, Elena, con su hija cuyo suicidio inicia la trama de la novela que consiste en el viaje de su madre a Buenos Aires capital para entrevistarse con una antigua amiga de su hija, pues no cree en el suicidio y sí en que haya sido asesinada. Aunque por lo dicho podía parecer que estamos ante una especie de thriller –algo habitual en la autora-, no es así por más que el lector quiera saber qué le dirá la amiga.
Formalmente, la novela está muy trabajada y bien estructurada. Partiendo del viaje que durará unas horas, mediante flashbacks va contando las entrevistas con el cura (la hija se ahorcó en el campanario de la iglesia), con el policía al que le encargan el caso, así como conversaciones con su hija previas a su muerte. No hay prácticamente puntos y aparte y los diálogos están muy bien entremezclados dentro del texto de forma que el lector siempre sabe quién habla.
Se trata de una novela profundamente triste o al menos a mí me ha provocado esa sensación. En las últimas páginas hay una conversación entre Elena, su hija y el médico sobre la enfermedad que padece cuya lectura me ha resultado de una gran dureza por cómo se muestra el deterioro que se producirá con el paso del tiempo.
Desde otro punto de vista, me han gustado los momentos de discusión de Elena con el cura sobre aborto, suicidio y eutanasia. También que precedan el inicio del  libro dos fragmentos de un autor que tanto me gustó en su día como Thomas Bernhard.
En fin, otro libro de Piñeiro recomendable. Es de los que más me han gustado y, desde luego, impactado seguramente debido a mi edad algo superior incluso a la de la protagonista. No sé por qué me ha traído a la mente en más de un momento el libro La hoja roja de otro autor que está entre mis favoritos, Miguel Delibes.

Claudia Piñeiro, Elena sabe.





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